Las historias truncas detrás de la quita de las becas Progresar y Potenciar Trabajo
El Gobierno dio de baja programas de empleo que se superponen con otros beneficios, como el de las becas Progresar. El ajuste implicará un ahorro de 1.300 millones de pesos mensuales para el Estado nacional. Las historias de vida detrás de los números.
El Ministerio de Desarrollo Social dio de baja 40 mil programas Potenciar Trabajo. La decisión del Ministerio que conduce Juan Zabaleta se tomó en conjunto con el área de Educación, ya que la excusa para el recorte es una supuesta “incompatibilidad” entre el plan Potenciar Trabajo y las becas Progresar. Este recorte significará un ahorro de $1500 millones mensuales para el Estado. Un golpe durísimo a las condiciones de vida de quienes hasta ayer eran beneficiarios del plan.
En Rosario, las organizaciones sociales mostraron rápidamente su preocupación. El martes hubo emisión de comunicados donde fijaron posiciones comunes. Todos tomaron la medida del Gobierno como un claro acto de discriminación que merece su repudio. “Si esto no es ajuste, si esto no es parte del acuerdo con el FMI, ¿qué es?”, se preguntaron desde la Corriente Clasista y Combativa (CCC). El mismo rechazo se expresó también desde el Movimiento Evita y la Frente de Organizaciones en Lucha (FOL).
Los números, sin embargo, son más que números. Cada uno significa una historia de vida real, jóvenes que con este beneficio lograron insertarse en una carrera universitaria o terciaria, por ejemplo. Son historias que no están contempladas en el duro recorte del gasto que propone Sergio Massa, que además puso en práctica la “auditoría” a los planes sociales, medida que los movimientos sociales consideran sencillamente como “criminal” en este contexto de alta inflación y crecimiento de la pobreza.
Historias colectivas con ganas de progresar y prosperar
Marisol Ciuffo (36) vive en Villa Gobernador Gálvez y es militante de la CCC, donde cumple con tareas administrativas en la organización. Además, cursa la carrera de Enfermería. Enterarse que perdería ambos beneficios fue un baldazo de agua fría, una situación que se suma a las dificultades económicas que ya tiene. Marisol no es una excepción. Su vida forma parte de la realidad de miles de argentinos y argentinas, que mes a mes arañan la olla en los barrios populares y no llegan a fin de mes.
Marisol es madre de cuatro hijos. Tuvo una vida difícil y trabajó en distintos oficios. Su voluntad, ya siendo grande, la llevó a terminar los estudios secundarios en una escuela nocturna en 2019 para después comenzar la carrera de Enfermería en la UNR, donde actualmente cursa el primer año. “Enfermería es una carrera que me gustó siempre, pero en su momento no pude hacer por termas personales. Ahora finalmente estoy estudiando y la elegí porque tuve un familiar muy enfermó y me encargué de él, ahí surgió la curiosidad”, cuenta.
Dice, además, que crió sola a su hija, ya que fue madre soltera a los 17 años. “Tuve que dejar la escuela secundaria porque no tenía a nadie que me cuidará a mi hija, mi decisión fue dedicarme a ella. Después conocí a quien hoy es mi marido y con él formamos una familia y tuvimos los otros chicos”.
“Estoy en la organización porque me gusta ayudar a la gente”, expresa la militante, quien para ir a la facultad diariamente desde su barrio tiene que viajar más de una hora en colectivo, volver tarde en la noche y cuidarse de la violencia reinante que la rodea. “Estamos rodeados de inseguridad, por eso quiero estudiar para que mis hijos tengan un futuro mejor al que yo tuve”, señala.
En cuanto a no cobrar más los beneficios sociales, que en parte le permitían costear sus estudios, y la discriminación que sufren quienes participan de una organización social, apunta: “Me genera mucha bronca, la gente habla sin saber cuando nos trata de vagos. Cobramos un beneficio, pero trabajamos por eso. En la pandemia fuimos quienes nos pusimos el trabajo que tenía que hacer el Estado, asistiendo a la gente, dando de comer en los barrios a quienes no tenían nada”
"Me cortó las piernas"
"Estoy estudiando auxiliar en Seguridad e Higiene, contaba con la beca para pagar mi estudio y justo este mes me recibía y pagaba el título. La verdad, este recorte repentino del Gobierno me cortó las piernas. Siento que nos quieren más ignorantes. Me siento decepcionada porque somos el futuro de un país que se está rompiendo de tanta inseguridad y tanta ignorancia", dijo María José Retamal, militante de la FOL, a Rosarioplus.com.
La joven mujer trabaja dentro de la organización desde hace cinco años y logró terminar sus estudios secundarios dos años atrás. La beca Progresar, cuenta, le sirvió para cubrir sus gastos en apuntes y movilidad durante esa etapa para luego comenzar la carrera en Seguridad e Higiene. “Empecé esa carrera con el fin de que sea útil para la organización con el fin de darles un conocimiento más a mis compañeros”, completa.
Como dijo Marisol antes, María José sostiene que le dan mucha bronca que se hable sin conocer e invita a cada uno de los que descalifican a las organizaciones sociales para que puedan conocer la tarea de ellos en los barrios. “Tenemos muchos emprendimientos y talleres de los que viven muchos compañeros, además de las copas de leche y los comedores para los chicos”, asegura.
Datos importantes
Según el gobierno, el plan Potenciar Trabajo y las becas Progresar son incompatibles entre sí, pese a que los programas tengan objetivos explícitamente diferentes: mientras el Potenciar Trabajo exige una contraprestación a través del trabajo en cooperativas, comedores y movimientos sociales, la beca Progresar está destinada a que las personas puedan terminar sus estudios. “El gobierno pretende hacer elegir a la gente entre comer o estudiar”, manifestaron desde las organizaciones.
Además, dejar a personas en una situación de vulnerabilidad solo con el ingreso de la beca Progresar significa “dejarlas hundidas aún más en la miseria”, teniendo en cuenta que el Progresar otorga un ingreso de apenas unos 7000 pesos. “Es una medida criminal, aun cuando los 24 mil pesos que cobra un beneficiario del Potenciar Trabajo siga estando alevosamente por debajo de lo necesario para sobrevivir”, aportaron.