Los jóvenes socialistas también cuestionan la llegada de fuerzas federales
Emmanuel Vaskas, uno de los responsables de las Juventudes Socialistas de Rosario, plantea que la llegada de agentes federales a la ciudad es la "militarización de un problema" que aleja las miradas del "fondo de la cuestión". "Como socialistas no estamos de acuerdo ni podemos salir a militar políticas represivas, serían contradictorio", explica
El nuevo desembarco de agentes federales para combatir la violencia en algunos barrios de la ciudad divide posturas al interior del Partido Socialista. Las diferencias quedaron expuestas con las afirmaciones del diputado provincial y presidente del partido, Antonio Bonfatti, quien pidió "abordar las cuestiones sociales, los temas de trabajo, las escuelas, y viviendas" en lugar de poner el énfasis en políticas represivas.
En la otra vereda, con una mirada más pragmática, la intendenta Mónica Fein respaldó la iniciativa de Nación. "La presencia de fuerzas nacionales y el despliegue que está realizando la provincia nos parecen muy importantes, y nosotros vamos a seguir acompañando y planteando la necesidad de seguir reforzando la seguridad, porque creemos que es lo que todos los rosarinos queremos", dijo días atrás cuando se estaban definiendo los detalles de la medida.
Ajenos a las opiniones cruzadas de los dirigentes del partido, pero no a la discusión de fondo, están los cientos de militantes socialistas que día a día trabajan en los barrios para revertir un contexto en el que se mezclan la marginación, la vulneración de derechos básicos, la violencia y las drogas. Emmanuel Vaskas, uno de los responsables de las Juventudes Socialistas de Rosario, sentó su postura en este debate interno. "No creemos que el desembarco de las fuerzas federales sea el camino", planteó en diálogo con Rosarioplus.com
"Coincidimos con las palabras de Bonfatti por una cuestión conceptual de cómo entendemos a la seguridad. El Estado no puede reconfigurar los territorios con la misma lógica que utilizan las bandas delictiva Creemos que el Estado tiene que estar para generar condiciones de igualdad, para generar que los jóvenes no caigan en los circuitos delictivos. Hace ya varios años que se profundizan programas que son de fines más sociales con una mirada de acompañamiento a los jóvenes más vulnerados. Esto hay que seguir apuntalando", reflexionó el joven dirigente.
En su opinión, "no se puede como socialista tener una mirada tecnócrata como la tiene el gobierno nacional en materia de seguridad". "Te aleja de los problemas de fondo. Nosotros acompañamos a muchos chicos para tengan un mejor calidad de vida. Hay casos de chicos que a los 12 años estaban inmersos en estos circuitos delictivos y hoy han podido generar otros proyectos de vida. Eso lo pudimos hacer desde una mirada social de la problemática", afirmó.
Vaskas aclaró que no juzga ni critica ninguna decisión porque "hay compañeros que tienen que gobernar". "Nosotros entendemos que somos un partido político que gobernamos. Es difícil estar cien por ciento de acuerdo cuando se gestiona todos los días. No todas las decisiones están sujetas a la ideología. Esto siempre es materia de discusión y es una contradicción que se nos presenta. Pero no estamos de acuerdo ni podemos salir a militar son las políticas represivas, serían contradictorio", se sinceró.
Las experiencias anteriores --explicó-- estuvieron lejos de arrojar resultados positivos. Aumentaron los casos de violencia policial y no se alcanzó el objetivo de atacar el delito y brindar más seguridad. "Parece una gran puesta en escena de un poder central que hoy estigmatiza a los rosarinos", señaló. Y agregó: "Como militantes socialistas entendemos que desde hace dos años el contexto social se ha agravado, hay muchos jóvenes que están en situación de calle, con problemas de consumo de sustancia. La asistencia alimentaria de la Municipalidad es muy parecida a la del 2001. Este es el contexto social detrás de este desembarco de fuerzas federales".
Vaskas refutó dos críticas que suelen achacarles los dirigentes y militantes de la oposición, respecto a una ciudad divida en dos (centro y periferia) y una alejamiento de las bases en los barrios. "Tenemos 32 centros de convivencia barrial, 7 polideportivos a los que asistieron 22 mil jóvenes en todo el verano, 22 barrios con el plan Nueva Oportunidad, muchísimos otros transformados por el Plan Abre. Lo que pasa es que la política social es la que no vende, la que no se ve. No se puede hacer un cartel con la experiencia de un joven que pudo salir de su vulnerabilidad y hoy está laburando. No nos hemos retirado de los barrios. Estamos todos los días", concluyó.