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El desierto urbano que pintó el paro general en Rosario tuvo su contracara en la masiva movilización gremial por el centro de la ciudad, y que remató en dos actos: el cruce de peatonales y la esquina de Córdoba y Corrientes. En total, se estimó que la movilización atrajo a unas veinte mil personas.

Casi diez cuadras de manifestantes abarrotaron el microcentro en respuesta a la convocatoria de la CTA conducida por Hugo Yasky. Discursos enfervorizados de dirigentes de todo el arco gremial, y el apoyo de miles de trabajadores, marcaron el espesor de esta cuarta huelga organizada contra el gobierno de Cambiemos y su modelo económico.

El acto central se realizó en la intersección de las peatonales San Martín y Córdoba. Para entonces, se conocía la renuncia de Luis Caputo a la presidencia del Banco Central. Fue el titular del sindicato de docentes privados Sadop, Martín Lucero, quien se hizo eco de la novedad: "Un cambio de nombres en los funcionarios no significa un cambio de rumbo económico", minimizó y exigió "un cambio real de modelo". 

Comercio y Municipales convergieron en la plaza Pringles y se movilizaron hasta Córdoba y Corrientes, también en un mitín cargado de vehemencia por el rumbo de la economía en la gestión de Mauricio Macri.

La secretaria general de Amsafé, Sonia Alesso, destacó la presencia en la protesta de sindicatos venidos desde otras ciudades de la región para dar espesor a la protesta. "Contra el ajuste le decimos al gobierno nacional que no aceptamos sus recortes. Ayer hubo un acto multitudinario de las centrales obreras, de los movimientos sociales, es la unidad de los que luchan, del movimiento obrero", dijo. Acusó al oficialismo de querer que "los trabajadores nos separemos, que no nos juntemos con los compañeros estudiantes, universitarios con los movimientos sociales". Siguió: "Amenazan a los que se manifiestan, los que se movilizan, los que protestan y reclaman, no quieren a los solidarios, a los sectores populares. Niegan hasta la comida, niegan la educación. Les preocupa la unidad del sindicalismo y del movimiento obrero", bramó Alesso. Y remarcó que en la noche del lunes su colega de Suteba, Roberto Baradel, sufrió amenazas.

El secretario general del Sindicato de Prensa, Edgardo Carmona, exhortó a "sostener esta movilización que es la expresión genuina del hastío del pueblo argentino". Lucero, a su turno, exclamó: "El pueblo le dice no al FMI, y a este modelo donde solo los oligarcas son los que ganan". Y concluyó: "Le decimos al gobierno nacional, por más que los funcionarios miren para otro lado, Rosario es capital nacional de la resistencia".

La lista de oradores cerró con Alberto Botto, titular de Luz y Fuerza: "Hoy cuadriplicamos la cantidad de compañeros en esta movilización, y eso es producto de la organización sindical pero también del hartazgo de la gente que dice basta de este modelo de hambre", repudió.

El dirigente lucifuercista reprochó la queja del gobierno y de su aparato de medios acólitos cuando "acusaba a los sindicatos de ser desestabilizadores". A la luz de la alta adhesión del paro de esta jornada, Botto desafió: "Que nos digan ahora quién tenía razón cuando empezamos a denunciar este modelo que hambrea al pueblo y destruye la economía del país". "Nos tratan de violentos -prosiguió- pero violencia es el hambre, es bajar el presupuesto de la educación, de la salud. Sigamos unidos compañeros, este es el camino para derrotar al modelo".