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Estados Unidos tuvo este domingo el segundo ataque armado en menos de 24 horas. Un hombre mató a tiros a nueve personas e hirió a otras 27 en un bar del Estado de Ohio antes de ser asesinado por la policía. 

El país del norte de América volvió a sufrir dos tiroteos contra civiles desarmados que causaron al menos 30 muertos, incluyendo a uno de los atacantes, un joven de 24 años, según la prensa. El otro de los atacantes tiene 21 años y la Policía lo está investigando por su ideología racista. 

Mientras las autoridades de Ohio investigan las motivaciones del tiroteo de este domingo por la mañana, en Texas, la Fiscalía anunció en una conferencia de prensa que juzgará al atacante por el delito de "terrorismo interno" y buscará "la pena de muerte", según la agencia de noticias DPA.

Al ataque de este sábado en un shopping en Texas, donde 20 personas perdieron la vida y otras 26 resultaron heridas, le siguió durante la madrugada de hoy un tiroteo masivo contra las personas que estaban reunidas en las inmediaciones del bar Ned Peppers, en la ciudad de Dayton, en Ohio.

Según la reconstrucción hecha por la Policía, cerca de la 1 de la madrugada (las 2 en la Argentina), una persona comenzó a disparar con un rifle y apenas dos minutos después fue acribillado por la agentes policiales y falleció en el acto.

La Policía lo identificó como Connor Betts, un joven oriundo de Ohio, e informó que una de las víctimas fatales era su hermana, Megan, de 22 años. 

En una conferencia de prensa, el asistente del jefe de policía, Matt Carper, dijo que varios agentes llegaron casi inmediatamente y mataron al atacante lo que permitió que no hubiera más víctimas mortales.

Además, identificó a las nueve víctimas fatales e informó que sus familias ya fueron contactadas.

En los videos difundidos en las redes sociales se puede ver a personas corriendo mientras se escuchan múltiples disparos en las calles y se observa al presunto autor de los disparos en el suelo.

"Todo nuestro personal está a salvo y nuestros corazones están con todos los involucrados mientras recopilamos información", publicó el bar Ned Peppers en su cuenta de Instagram.

El tiroteo provocó conmoción y consternación en Estados Unidos porque se encadena en una serie de hechos similares ocurridos en los últimos días, el último ayer en un centro comercial de El Paso, Texas.

El presidente norteamericano, Donald Trump, un ferviente defensor de la compra y portación de armas por parte de civiles, le envió vía redes sociales sus condolencias a las víctimas y familiares de los últimos ataques e informó que los servicios federales de seguridad se sumaron a la investigación.

"Dios bendiga a la gente de El Paso, Texas. Dios bendiga a la gente de Dayton, Ohio", dijo el mandatario antes de confirmar que "el FBI, la policía local y estatal están trabajando juntos en El Paso y en Dayton, Ohio". 

"La información se está acumulando rápidamente en Dayton. Ya se sabe mucho de lo que pasó en El Paso. La aplicación de la ley fue muy rápida en ambos casos. ¡Se darán actualizaciones durante todo el día!", dijo el mandatario y, horas después, decretó que todas las banderas estadounidenses estarán a media hasta en señal de duelo.

Dada la cercanía con la frontera mexicana, apenas a ocho kilómetros del centro comercial, la policía sigue la pista sobre posibles motivaciones racistas del atacante de El Paso.

El jefe de la policía de la localidad fronteriza, Greg Allen, confirmó que detuvieron como sospechoso a "un hombre blanco de 21 años" que se entregó a las autoridades sin oponer resistencia y la investigación preliminar apunta "un vínculo con un delito de odio".

"Ahora mismo tenemos un manifiesto de este individuo que indica un posible delito de odio", aseguró Allen en relación con un escrito publicado poco antes de la matanza en el que el sospechoso habla de "una invasión hispana de Texas" y advierte del "reemplazo de la gente de raza blanca por extranjeros", según informaron los medios locales.

A los ataque de las últimas horas, se suma otro cometido el fin de semana pasado en un festival gastronómico en Gilroy, California, que dejó cuatro muertos.