Allanados por un IPhone: había 50 celulares y una banda que vaciaba cuentas bancarias
El fiscal Matías Edery encabezó la investigación a la que se llegó por el robo de un teléfono y de Roma, una perra Pitbull cuya dueña buscó en redes por varias semanas. Se desarticuló una banda que ponía en venta teléfonos robados y que utilizaba datos del home banking de las víctimas. Hay ordenanzas vigentes que deberían regular la venta de chips.
¿Por qué es tan frecuente el arrebato de teléfonos? Porque hay un mercado ilegal que permite reinsertarlos y porque -a pesar de ordenanzas vigentes que establecieron regulación de las ventas- hoy los chips en un kiosco con la misma facilidad que los caramelos. Y así, las bandas criminales en Rosario perfeccionan el desguace de aparatos robados: ahora, además, vacían cuentas bancarias mediante el home banking.
Esto fue lo que detectó en una investigación el fiscal Matías Edery, al imputar a una mujer de 32 años y un joven de apenas 20 por “encubrimiento agravado por el ánimo de lucro y defraudación mediante uso no autorizado de datos”. Los detenidos estaban vinculados con el robo y la maniobra posterior al robo de Roma, una perra Bulldog negra cuya dueña buscó durante semanas por las redes.
Todo comenzó a mediados de mayo, cuando un domingo a la noche Antonella sufrió al mismo tiempo el robo de su mascota y su teléfono en la puerta de su departamento. Había bajado a buscar comida pedida por delivery y quiso aprovechar para que Roma hiciera sus necesidades. En ese momento, cuatro desconocidos en dos motos y armados se suben a la vereda, le roban el Iphone que tenía en la mano al grito de “Dame todo lo que tengas”. La víctima relataría después que también escuchó a los ladrones decir: “Sacale la perra”.
Al día siguiente, Antonella y su mamá iniciaron una desesperada búsqueda de Roma por redes ofreciendo recompensa. También intentaron encontrar la ubicación del teléfono robado, mediante una aplicación que sigue los movimientos de los Iphone.
En ese marco, cuando ya se había hecho la denuncia ante Fiscalía, se pudo precisar el recorrido del celular y se verificó que tres días después del robo, la mujer imputada por Edery se lo había llevado a Tomás Refojo, el joven de 20 años que también fue acusado. Ahí se inició lo que se denomina “phishing”, para engañar a la víctima haciéndose pasar por la compañía que fabrica el teléfono que había sido sustraído.
En la imputación del fiscal, está el detalle de la maniobra, en la que impresiona el grado de profesionalismo. Desde un número con características de Estados Unidos, se envió online a la víctima el siguiente mensaje: *Soporte Oficial de Apple informa:* Estimado(a) cliente de Apple: Su dispositivo perdido ahora puede ser localizado incluso después de apagado. Para más información en: https://support-apple.sf-ec.live/Zsik6/ Conteste este mensaje para ayudarle durante el proceso. Copyright ©️ 2022 Apple Inc. Todos los derechos reservados.
Lo que seguía eran mensajes en los que siempre había opción de elegir el idioma y que terminaban solicitando todas las claves de desbloqueo del aparato. Luego, ya con los datos del celular robado, el delincuente ingresó a un archivo en el teléfono que tenía las claves de todas las aplicaciones: así, desde el home banking le vaciaron la cuenta a Antonella, que ahora además del Iphone y su perra Roma, había perdido $ 70.000.
Unos días después, cuando Fiscalía y AIC allanaron el domicilio en el cual se había activado el teléfono robado, encontraron que luego del robo el aparato había llegado a manos de un joven que ofrecía por las redes celulares usados y que tenía en su domicilio cincuenta aparatos. En la imputación, se cita el testimonio de vecinos que lo refieren como “un experto en tecnología”.
Tras la presentación del fiscal Edery, finalmente, el juez Florentino Malaponte dispuso para ambos acusados prisión preventiva por 30 días. A la mujer le otorgó el beneficio de la domiciliaria, por estar embarazada.
Las ordenanzas vigentes que no se cumplen
Al conocer el caso, el concejal Carlos Cardozo dialogó con RosarioPlus y recordó que hay dos ordenanzas vigentes para regular la venta de chips y ordenar la venta de celulares usados, que el municipio debería hacer cumplir.
El primero de los proyectos fue de Diego Giuliano, actual secretario de Transporte de la Nación, y el segundo de Alejandro Roselló. Ambos llevaban la firma de los ediles Osvaldo Miatello, hoy secretario de Transporte provincial y del mencionado Cardozo.
“Junto a varias medidas que en 2014 desde el Concejo impulsamos contra la inseguridad, se propuso y se aprobó un Registro de Comercialización de Chips Telefónicos. El artículo 1 de la Ordenanza dice que la intención es ‘prevenir aquellos delitos cometidos y generados en la ciudad a través del uso indebido de la telefonía celular’. Pasaron ocho años y se sigue igual; en realidad estamos mucho peor”, señaló Cardozo.