Criminales al volante: Rosario y su cuenta negra de homicidios en el tránsito
Rosario registra un doloroso inventario de asesinatos absurdos en sus calles, perpetrados por conductores ajenos a considerar la vida del prójimo, y la propia incluso. Además de este horror del martes a la noche en Wheelright y Presidente Roca, afloran del pasado casos de siniestros viales que estremecieron la ciudad de repente, como suceden las tragedias. Aquí va el repaso de unos pocos que en su momento pusieron en primer plano el problema de la inseguridad vial acaso como una enfermedad social del presente.
Escapó, lo apresaron, lo soltaron y volvió a huir para siempre
El 2 de marzo de 1997, Sebastián Pira de 21 años conducía su vehículo Ford Galaxy a más de 130 km/h por calle Salta. Al llegar a la intersección con Bv. Oroño, Pira atropelló y mató a María Celeste Haiek de 22 años, que murió en el acto, y a Daniela Caruso de 16, quién fue arrastrada una cuadra en el capot del auto para luego ser arrollada por el Ford Galaxy que huyó del lugar.
Pira se presentó días después con abogado en la comisaría 3ª. Quedó detenido. El juez Osvaldo Barbero consideró el hecho como “doble muerte en accidente de tránsito”, derivó el caso a su par de Correccional, Edgardo Bistoletti, y soltó a Pira en libertad condicional.
Bistoletti recalificó la causa a “doble homicidio con dolo eventual”, punible con 8 a 25 años de cárcel. Pira apeló y la Cámara dividió el caso: lo de Caruso fue homicidio simple (intencional), y el de Haiek, culposo (sin intención). Cuando el juez mandó a re apresarlo, Pira había escapado hacia Israel. Anduvo por Turquía y Corea. Interpol lo encontró en el 2000 en el aeropuerto de Amsterdam, Países Bajos. Un juez holandés lo liberó a la espera de la extradición hacia Argentina. Cuando el trámite estuvo listo, Interpol fue a buscarlo al domicilio, pero había escapado otra vez. Y fue la última vez que se supo de Sebastián Pira. Su familia en Rosario, quedó marcada de complicidad. La causa está prescripta desde 2015. Impunidad en firme.
El que se filmaba conduciendo a 160 km/h
A las 10 de la noche del 6 de marzo de 2019, Gastón Dlugovitzki (23 años) aceleraba su Ford Focus por avenida San Martín, indiferente a quien pudiera cruzar en cada esquina. Así fue que por Garibaldi asomó Fabián Cragnolino (43 años) en una Renault Kangoo de la empresa Lime, para la cual él estaba supervisando la tarea de recolección de residuos. Dlugovitzki lo embistió a 122 km/h por lo menos. Fue letal para Cragnolino, padre de tres hijos y tesorero de la comuna de Ybarlucea, además de empleado de Lime.
En el juicio oral trascendió que el joven se jactaba de conducir de esa manera desaprensiva y que solía grabar con su celular mientras lo hacía a más de 160 km/h. Un tribunal lo condenó a 8 años de prisión como autor de homicidio simple con dolo eventual, una pena inusual en ese entonces para los responsables de siniestros viales de esa gravedad.
El mecánico y el cadete
Juan Carlos Schmitt salió el 31 de marzo de 2016 a probar por barrio Belgrano el Audi TT de un cliente que tenía a reparación en su taller mecánico. Y en la diagonal Río Negro lo pisó a 130 km/h, justo cuando por calle Campbell entraba Damián Orgaz (26 años) en su moto, que volvía a una pizzería de la avenida Mendoza luego de haber llevado un pedido de comida, como cadete. El Audi chocó a Orgaz y lo hizo volar literalmente a varios metros. Murió en el acto. Su cuerpo mutilado cayó sobre el pavimento, para espanto de los vecinos que presenciaron la escena.
A Schmitt lo condenaron por homicidio culposo, a 5 años de cárcel y 10 de inhabilitación para conducir. Fiscalía apeló y logró que la Cámara elevara la pena a 9 años de prisión por homicidio simple con dolo eventual. La defensa de Schmitt apeló ante la Corte y perdió.
Estrelló el BMW y fue el único en salvarse
El 22 de mayo de 2005, a las 6.30, Matías Capozzuca salió picando en un semáforo de Pichincha por avenida Rivadavia, ante la vista de un montón de gente que salía de los boliches. Iba al volante de un BMW que no era suyo sino que se lo había servido de la concesionaria de usados de su padre, en la calle Corrientes. Al pasar el semáforo de Pueyrredón, perdió control y se estrelló de lado contra un árbol del Parque Norte. Su amigo Nayib Abraham, que iba en el asiento trasero, salió despedido del auto y cayó muerto sobre el asfalto. Úrsula Notz, que iba adelante junto a Capozzuca, también murió en el acto. Carla Alfaro, que iba sentada atrás, sobrevivió pero quedó postrada para siempre, por lesiones neurológicas irreversibles.
Capozzuca, en tanto, salió ileso y en la conmoción que generó el impacto, se escabulló y escapó del lugar. Lo prendieron y lo condenaron a 4 años de prisión que, en rigor, solo fueron 8 meses de encierro.
Una familia en el camino de una carrera criminal
La noche del 20 de marzo de 2021, David Pizzorno, de 43 años, y su hijo Valentino, de 8 años, fallecieron en un accidente ocurrido en la intersección de las avenidas del Rosario y Ayacucho. Fueron atropellados por un Citroën C4 que circulaba a 134 km/h, conducido por Pablo Mancini. El vehículo estaba involucrado en una carrera ilegal contra otro automóvil, un Sandero, que iba a 120 km/h y era conducido por Germán Schoeller. Los Pizzorno (también iba Cintia, la esposa de David y madre de Valentino) cruzaban la avenida en su coche.
En octubre de 2024, la sentencia contra uno de los conductores fue modificada. La Cámara de Apelaciones en lo Penal decidió reducir la pena de Mancini, quien estaba al volante del C4 implicado en el accidente. La pena se redujo de 12 a 8 años de prisión, tras considerar que Mancini fue un partícipe secundario y no el coautor del hecho.
Alcohol y drogas al volante
Otro grave siniestro ocurrió el 26 de noviembre de 2021 de madrugada, en la intersección de la avenida Francia y calle Córdoba. Dos vehículos colisionaron, y según los informes de la fiscalía, uno de los autos alcanzó una velocidad de 120 km/h al momento del impacto.
Como consecuencia de la colisión, los ocupantes de ambos autos tuvieron que ser trasladados al hospital. Uno de los conductores, el del Volkswagen Bora, fue ingresado bajo custodia policial.
En febrero de 2023, este conductor, identificado como David Hidalgo, fue sentenciado a 5 años de prisión efectiva y 10 años de inhabilitación para conducir. La condena se debió a las lesiones causadas a dos personas en el siniestro vial, mientras él se encontraba bajo el efecto de alcohol y drogas.
En el momento del accidente, Hidalgo manejaba a 115 km/h, con un nivel de alcohol en sangre de 1,2 g/l y también había consumido cocaína. Además, había cruzado varios semáforos en rojo. El choque fue contra un Peugeot 208, cuyo conductor sufrió graves lesiones, incluyendo fracturas en la clavícula y las costillas. Tras la colisión, la fiscalía informó que no se encontraron marcas de frenado en el lugar, pero sí una huella de arrastre de 22 metros.