Fuerte pedido de condena para un capitalista de juego enredado con barrabravas
Comenzó el juicio oral contra Yalil Azum y su organización de diversos negocios. Su vínculo con el barrabrava de Newell's Ariel "Tuby" Segovia lo perdió, al acceder a colaborar en el asesinato de una testigo clave en una causa penal.
La caída de Yalil Roberto Azum hizo ruido en 2021, en el ámbito de las cuevas financieras de Rosario y de un sector de la barra de Newell's. Lo detuvo Gendarmería Nacional bajo los cargos de asociación ilícita al financiar apuestas ilegales y mover dinero de origen ilícito en connivencia con algunos personajes de entonces en la hinchada leprosa, situación en la cual quedó involucrado en un resonante asesinato por error. Este lunes, el tribunal integrado por los jueces Aldo Bilbao Benítez, Lorena Aronne y Hebe Marcogliese comenzó a juzgarlo a él y a sus cuatro cómplices, un hermano entre ellos. Los fiscales Alejandro Ferlazzo y Viviana O'Connell ya pidieron que se lo condene a 27 años de prisión.
Azum, de 47 años, era reconocido cuando solía atender en su oficina de San Lorenzo al 1300, o su mesa de dinero en la planta alta del club Echesortu. Y así de estridente fue el allanamiento por aquellos días, en la pista de los delitos de asociación ilícita, juego clandestino, encubrimiento, y homicidio calificado para procurar la impunidad de otro delito.
Los co imputados que desde hoy se sientan en el banquillo son Alejandro Azum, 42 años, para quien pidieron una pena de 20 años de cárcel; Mariana García (37 de edad), con pedido de pena de 9 años de encierro; Lisandro Scalcione (44), con pedido de 14 años de reclusión; y Maximiliano González de Gaetano, de 56, que enfrenta un pedido de pena de 9 años.
Crimen por encargo y por error
Los fiscales acusan a los hermanos Azum de haber colaborado para el homicidio por encargo de Brisa Ojeda, una testigo clave contra el barrabrava Ariel “Tuby” Segovia, en la causa por el crimen de Jonatan Rosales. Pero los pistoleros que fueron aquel 16 de diciembre de 2016 a Vera Mujica al 2900 a consumar su misión, equivocaron el blanco y asesinaron a tiros a la hermana de Brisa, Lorena Ojeda.
Segovia le había pedido a los Azum vehículos y personas que consumaran el crimen, con el propósito de que Brisa no lo reconociera en rueda de personas en el Centro de Justicia Penal.
Los Azum colaboraron “puesto que no podían dejar sin ayuda a la persona con la cual conformaban un grupo delictivo”, explicó un vocero del Ministerio Público de la Acusación.
Alejandro Azum junto con Emiliano “Jija” Avejera (condenado) y Cristian G.( condenado) se presentaron en el domicilio de Brisa Ojeda a bordo de un vehículo VW Gol con el objeto de marcar el domicilio de la victima. Luego, en un operativo del que participaron al menos 6 personas, llamaron a Brisa desde la calle, pero se asomó Lorena y fue ultimada a balazos.
Por ese crimen ya fueron condenados Avejera (un barra que comandó el paravalanchas leproso un breve tiempo), Cristian G., Fernando Caminos (hijo de Roberto, el Pimpi), Enrique Solís, y el abogado del Tuby Segovia, Marcos Cella, quien estaba al tanto de la situación de su cliente y el plan para detener la rueda de reconocimiento prevista para darle tiempo a los sicarios a eliminar a la testigo clave.
Luego a Segovia lo mataron propios compañeros de pabellón en la cárcel de Coronda.
Juego clandestino
Asimismo, Yalil Azum carga con una imputación por encubrimiento al brindarle alojamiento en Córdoba a Jija Avejera para ocultarse en febrero de 2018, luego del asesinato de Jonatan “Bam Bam” Funes, eliminado en las rutas A012 y 14, cuando salía de la cárcel de Piñero donde había ido a visitar a sus hermanos presos, Alan y Lamparita Funes.
Los Azum, con González De Gaetano (un supuesto sindicalista ya involucrado en otra causa resonante, una megaestafa inmobiliaria), Scalcione y Nicolás Gómez, afrontan también la imputación de juego clandestino. Explotaban una plataforma de apuestas ilegal en 2021.
Préstamos de usura
Los fiscales Ferlazzo y O'Connell también endilgan a Yamil Azum prestar dinero con intereses usurarios, desde 25% a 50% mensual según el caso. Esto lo hacía desde 2012. Lo pactaba a través de WhatsApp, y por el boca a boca de recomendación de clientes. Scalcione lo ayudaba en este negocio,
“Los hechos sucedieron entre los años 2020 y 2021. La tasa de interés que se aplicó aprovechando los impedimentos que la víctima tenía para acceder al dinero que necesitaba, resultaba totalmente desproporcionada en relación a las tasas informadas por las entidades bancarias y crediticias en ése momento, la cual según lo informado por el Banco de Santa Fe”, precisó la fuente de Fiscalía.
En los cargos de asociación ilícita afloran otros negocios de la organización como una flota de taxis e inmuebles en alquiler.