Imputaron a una banda que reclutaba sicarios para realizar extorsiones
Nueve personas fueron imputadas por integrar una banda que extorsionaba y realizaba balaceras con el fin de procurar ocupar y dominar sectores de los barrios Ludueña y Empalme Graneros.
Este lunes, y después de tres jornadas de audiencias, la jueza de Primera Instancia Silvia Castelli dispuso la prisión preventiva efectiva para todos los imputados por el plazo de ley.
Según el fiscal Pablo Socca, para cumplir su objetivo de dominar una zona de la ciudad, los integrantes de la asociación cometieron sistemáticamente diversos delitos, entre otros: homicidios, amenazas, abuso de armas, portación y tenencia ilegal de armas de fuego, venta ilegal de estupefacientes y casi 40 extorsiones (algunas seguidas de balaceras) a comerciantes y otros habitantes de barrio Ludueña y Empalme Graneros.
La organización criminal era liderada por Andy B. y Julian A. que se encuentran detenidas en la Unidad Nº 11 de Piñero, los cuales impartían órdenes a los integrantes desde la cárcel. No se descarta la cojefatura con otros todavía no identificados hasta ahora ni tampoco que la bandan sea una célula o una subestructura de una asociación ilícita de mayor envergadura.
Los cabecillas daban órdenes desde prisión, algunas directamente y otras por interpóstita persona, también realizan intimidaciones de manera personal desde teléfonos celulares que utilizan dentro de la cárcel, ordenando extorsiones, usurpaciones y atentados con armas de fuego contra diferentes personas, algunas de ellas víctimas de extorsiones cuando no abonan el “canon” requerido o con el objetivo de infundir temor público; y otras veces atentando contra víctimas pertenecientes a bandas rivales y/o antagónicas, delegando y encargando principalmente a Mauro G. (mientras estaba en libertad) la concreción de los delitos más graves y la selección de las personas que extramuros van a cumplir lo encomendado, disponiendo del uso de armas de fuego de gran poder ofensivo, vehículos: automóviles y motocicletas, organizando y administrando la atención de los “bunkers” de venta de estupefacientes y controlando su recaudación, etc.
La banda funcionó al menos desde los primeros días del mes de julio del año 2021 hasta el día 26 mayo pasado, fecha en que se produjo la detención de Mauro G.
Mauro G. era el jefe de sicarios de la organización y una de las personas de confianza de los líderes de la banda. Se encargaba, en algunas oportunidades personalmente, de concretar los atentados contra la vida, contra la integridad física de las personas o contra viviendas, extorsiones o usurpaciones que le encargan los líderes de la banda, siempre con el uso de armas de fuego y otras veces organizando la logística de cada uno de los ilícitos, aprovechando su condición de referente criminal en Barrio Ludueña se encarga de reclutar nuevos “soldaditos” y encomienda a otros integrantes de la asociación -algunos de ellos menores de edad- que participen o cometan de propia mano los delitos objeto de esta organización.
Dan S., es una de las personas de confianza de Mauro G. Se encarga de retirar el dinero obtenido de las extorsiones que realiza la organización, dispone del uso de armas de fuego y de motocicletas en las cuales se traslada y se encarga de cualquier otra tarea que le indique Mauro G., acompañarlo, custodiarlo y participando y apoyando de cualquier manera al resto de los integrantes en las diversas actividades ilícitas. Asimismo, se encarga de realizar hechos ilícitos como ser robos de vehículos o teléfonos celulares, con el fin de que dichos recursos se incorporen a la organización para su posterior utilización en lo que sea necesario para que la banda continúe desarrollando todas sus actividades ilícitas.
Nicolás B. se encarga de recabar información de potenciales víctimas (datos personales, domicilios, etc) vecinos de su propio barrio que luego son extorsionados y/o amenazados con el fin de que abandonen su residencia. Monitorea la presencia de las víctimas a fin de que otros integrantes cometan atentados de arma de fuego contra ellos. Se encarga además, de usurpar las viviendas que las víctimas abandonan producto de las amenazas, extorsiones y balaceras, con el fin de que dichos inmuebles sean incorporados al patrimonio de la asociación o sean utilizados como puntos de venta de droga. Asimismo, dispone de armas de fuego de alto poder ofensivo que se utilizan en la comisión de diversos ilícitos.
Gustavo C., es uno de los encargados de realizar personalmente los atentados de arma de fuego contra personas o viviendas. Se encarga de transmitir personalmente las amenazas a las víctimas y con el uso de armas de fuego, ya sea para extorsionarlos o para que los mismos abandonen su lugar de residencia o el lugar donde desarrollen sus actividades comerciales. Amenaza a víctimas o testigos que denuncian o impiden el desarrollo de las actividades ilícitas de la banda. Se encarga, además, de usurpar las viviendas que las víctimas abandonan producto de las amenazas, extorsiones y balaceras, con el fin de que dichos inmuebles sean incorporados al patrimonio de la asociación o sean utilizados como puntos de venta de droga. Asimismo, dispone de motocicletas y armas de fuego de alto poder ofensivo que se utilizan en la comisión de diversos ilícitos.
Marcelo R. es uno de los encargados de realizar personalmente los atentados de arma de fuego contra personas o viviendas. Se encarga de transmitir personalmente las amenazas a las víctimas y con el uso de armas de fuego, ya sea para extorsionarlos o para que los mismos abandonen su lugar de residencia o lugar donde desarrollen sus actividades comerciales. Amenaza a víctimas o testigos que denuncian o impiden el desarrollo de las actividades ilícitas de la banda. Asimismo, dispone de motocicletas y armas de fuego de alto poder ofensivo que se utilizan en la comisión de diversos ilícitos