Una mujer policía comienza este jueves a ser juzgada como acusada de haber torturado y asesinado a balazos en 2019 a un matrimonio del barrio porteño de Parque Avellaneda para robarle entre 70.000 y 80.000 dólares con los que planeaba pagar un viaje a Disney para su hija.

El juicio esta a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de la Capital Federal. La principal acusada es Sonia Rebeca Soloaga (36), quien está imputada como presunta autora del doble asesinato de Alberto Antonio Chirico (71) y su esposa María Delia Speranza (63), cometido el 11 de junio de 2019 en su casa de la calle Eugenio Garzón 3581.

A Soloaga le imputan “robo agravado por haber sido cometido con un arma de fuego en concurso real con homicidio criminis causa, reiterado en dos oportunidades, cometidos mediante arma de fuego y alevosía, y falsa denuncia", delitos que prevén la pena de prisión perpetua.

La causa tiene como segundo imputado al por entonces novio de Soloaga, el también policía porteño Diego Alberto Pachilla (37), quien está excarcelado y sólo se le atribuye la figura de "encubrimiento doblemente agravado". Ambos acusados eran novios al momento del hecho y trabajaban en la comisaría 9C de la Policía de la Ciudad, fuerza de la que fueron separados ni bien fueron imputados en este expediente.

En su requerimiento de elevación a juicio, la fiscal que investigó el caso, Estela Andrades, dio por probado que el hecho ocurrió el 11 de junio de 2019, entre las 12 y las 14.30, ocasión en la Soloaga entró a la casa de la calle Garzón "aprovechando la relación que había logrado forjar" con el matrimonio, ya que durante meses había prestado servicios de calle e la zona y Chirico le permitía usar del baño y le solía servir café y comidas.

Las víctimas, vecinos en el barrio donde Soloaga patrullaba, confiaban en quien resultó su homicida.

Andrades sostuvo que Soloaga "pergeñó un plan para así ingresar a la vivienda y apoderarse de dinero en efectivo -entre 70.000 y 80.000 dólares en moneda extranjera y pesos-, perteneciente a los nombrados Speranza y Chirico, ejerciendo violencia sobre aquellos y mediante la utilización de un arma de fuego, luego de lo cual dio muerte a los nombrados con alevosía, y a fin de asegurar su impunidad".

Según la fiscal, el matrimonio fue torturado a golpes y luego ejecutado por Soloaga de un disparo en la cabeza cada uno, "aplicado desde atrás mientras se hallaban indefensos boca abajo", para lo cual utilizó como silenciador un almohadón de color bordó.

Para Andrades, el posible móvil del doble crimen fue la deuda que Soloaga tenía que saldar para poder pagar el viaje a Disney por el cumpleaños de 15 que su hija adolescente iba a hacer el 14 de julio de ese año.

La clave para vincular a Soloaga con el doble asesinato fue una denuncia que la propia imputada formuló ese mismo día por la tarde en la comisaría 7A, donde aseguró que la habían asaltado y le robaron 300.000 pesos en efectivo y su arma reglamentaria cuando circulaba con su auto por Flores, camino a hacer un depósito para pagar el viaje de su hija.

Lo que llamó la atención es que la misma mujer policía había denunciado que la asaltaron, que disparó dos tiros -misma cantidad de vainas 9 milímetros recolectadas en la escena de crimen de la pareja-, y que le habían robado el arma y 300.000 pesos en efectivo.

Según Andrades, fue una falsa denuncia "con el propósito de cubrir su accionar, y en particular deshacerse de la pistola que fuera utilizada en la comisión del crimen".

La propia Soloaga, al ampliar su declaración indagatoria, confesó que lo del asalto era una mentira y dijo que en realidad el arma y el dinero los había perdido cuando fue al baño de una estación de servicio, lo que para la fiscal es "poco creíble".