__tadevel:head__

El tribunal integrado por los jueces Marcela Canavesio, Rodolfo Zvala y María Isabel Más Varela abrió este lunes el juicio oral contra un hombre acusado de asesinar a su yerno para ponerle fin a la violencia que ejercía contra su hija, y de asaltar luego a un empresario de la carne, a quien le robó más de un millón de pesos que iba a depositar en un banco céntrico.

El hombre del banquillo es Miguel Ángel Robledo. El fiscal Miguel Moreno lo acusa de homicidio agravado en el crimien de Iván Aldo Jesús Fernández, ocurrido en la madrugada del 23 de mayo de 2017, en Villa Manuelita.

La reconstrucción penal tiene que aquella noche Fernández discutió con su pareja, hija de Robledo. Y como consecuencia, este hombre se enteró y salió a buscarlo armado por los pasillos internos de esa manzana de viviendas precarias, en Seguí y Convención. Cuando lo encontró, Fernández echó a correr, seguro de la suerte que correría si su suegro le daba alcance. Y así fue. Cuando Robledo lo tuvo a tiro, le disparó hasta voltearlo de un balazo en la espalda.

Fernández cayó muerto allí mismo. Para el fiscal, este fue el final de “una secuencia de hostigamientos, golpes y amenazas” del suegro hacia su yerno.

Robledo escapó esa misma madrugada. Su hija intentó encubrirlo y no contó los hechos tal como habían sucedido. Su padre se mantuvo prófugo durante cuatro meses.

Por otro lado, la policía averiguó que Robledo participó un mes después, el 23 de junio, de un asalto callejero con víctima marcada de antemano y botín bien jugoso. El objetivo fue un empresario frigorífico que aquella mañana estacionó su vehículo en la cochera de Pellegrini 1437 y se dirigió al banco Macro sobre la esquina de Corrientes para depositar algo más de un millón de pesos.

Los ladrones estaban avisados por un empleado del empresario acerca de esa operación, así que el golpe fue sencillo y rápido. El empleado infiel fue descubierto y condenado en juicio abreviado. De allí surgió el nombre de Robledo como parte de la banda.

La acusación del robo corrió por cuenta del fiscal Aníbal Vescovo, quien pidió al tribunal una condena de 25 años de prisión por ambos delitos -el homicidio y el atraco- y que se le unifique la pena con otra anterior, de 8 años y medio de cárcel.

En esta primera audiencia, la defensa de Robledo, a cargo del penalista Marcelo Piercecchi, alegó que los fiscales no podrán comprobar que el hombre hubiera cometido los delitos endilgados y pidió la absolución.