Los fiscales Luis Schiappa Pietra y  Georgina Pairola enviaron a juicio este lunes a cuatro personas por asociación ilícita, como la cúpula de una organización dedicada a diversos delitos. Entre ellas se cuenta uno de los referentes de la banda Los Menores, Lisandro “Limón” Contreras, a quien el exjefe de la barrabrava de Central, Andrés “Pillín” Bracamonte había apuntado como peligrosa días antes de ser asesinado el mes pasado.

La imputación recayó en Contreras, a quien la Policía Federal lo había detenido el 7 de diciembre en la localidad bonaerense de Tigre, luego de seguirlo desde un country de Pilar donde había alquilado una costosa propiedad. Con él resultaron imputados también Rodolfo Masini, también como jefe de la organización con Contreras, y además, Jorge Fleitas y Ornella Dipietri.

En esta causa también están señalados Leandro Vilches –vinculado a Los Monos–, Alexis Romero y Pablo Camino, todos mentados miembros del hampa rosarina que ya están bajo proceso en la misma causa.

El juez de primera instancia Pablo Pinto convalidó la acusación fiscal y dispuso la prisión preventiva para los cuatro imputados.

Según voceros del MPA, Contreras y Masini, junto con Camino y Vilches, lideraban esta estructura con asiento en Rosario pero con extensión a otras localidades de la provincia. La acusación les endilga a Masini, Camino y Vilches impartir órdenes a subalternos desde su prisión en la cárcel Unidad 6 de Rawson, Chubut. Y a Contreras lo mismo, pero desde que este cumplía prisión domiciliaria por delitos anteriores, y luego libertad condicional. Le atribuyen una serie de hechos entre noviembre de 2022 y octubre de 2024.

Los intereses de la banda eran diversos, siempre en cuanto a negocios ilícitos. Camino desplegaba sus asuntos y poder territorial sobre los barrios  Godoy, Villa Nueva, Villa Urquiza y Belgrano, en zona oeste. Vilches, en tanto, mandaba en República de la Sexta, Empalme Graneros, Zona Cero y en San Lorenzo.

Masini se encargaba de conseguir armas y vehículos para distintos delitos, y organizar a los secuaces de la gavilla.

El menú de negocios iba desde la usurpación de propiedades por la fuerza, incluso desalojando a los tiros a los dueños legítimos de algunas casas en los barrios referidos. El objetivo era sembrar de kioscos de venta de drogas, como los que regenteaban en Cullen al 1400, y en José Ingenieros y Campbell.  También cobraban el alquiler de algunos inmuebles obtenidos con violencia, además de extorsiones y amenazas varias. 

“Todo ello les permitió obtener dinero, administrarlo y aprovecharse de él. Procuraron ampliar su dominio y poder territorial y la disposición de negocios ilícitos en distintos barrios de la ciudad de Rosario disputando negocios ilícitos a organizaciones antagónicas. Para lograr este cometido en conjunto ejecutaron hechos ilícitos y delictivos contra distintas personas e instituciones públicas y particulares que tipifican, entre otros, como delitos de amenazas, homicidios, abusos de armas, tenencia y portación de armas de fuego, varios de ellos cometidos con apoyo u omisión de funcionarios públicos policiales”, indicaron los fiscales.

La acusación incluyó un apriete a balazos sobre una persona en su casa de Flammarión al 5000, y la planificación de un secuestro extorsivo en Roldán.

En el haber de esta organización se cuentan también homicidios cuya autoría no está acreditada aún. Se trata de uno de sus miembros, Jorge Camargo, que vendía drogas para ellos y fue asesinado el 18 de abril de 2023 en Einstein al 7200, mientras reparaba su moto. También el crimen de la novia de Camargo, Daiana Becerra, ocurrido el 10 de julio de ese mismo año, en Rueda al 3900.

En el caso de Dipietri y de Fleitas, la imputación los involucra en la organización de apuestas clandestinas con plataformas y casinos virtuales ilegales. Fleitas operaba desde un local comercial de Solís al 1700, en zona oeste.