Otra de Alvarado: la Kangoo robada a la salida de un asado, para hacer un secuestro
Continúa el juicio, con más detalles de película. A Lucio Maldonado se lo llevaron en una furgoneta de la puerta de su casa en un vehículo sustraído poco antes en Villa Gobernador Gálvez, al revoleo. A nombre de su dueño, además, activaron una línea telefónica que avisó donde aparecería el cuerpo de un joven secuestrado pocos días antes.
En el marco de la quinta semana del juicio contra Esteban Alvarado, se avanzó con la declaración de testigos en el Centro de Justicia Penal, aportados por los fiscales Edery y Schiappa Pietra. Uno de ellos fue Rubén, un comerciante de Villa Gobernador Gálvez al que desconocidos que viajaban en un Ford Focus blanco le robaron una Renault Kangoo gris, en octubre de 2018. Con ese mismo vehículo, se secuestraría a Lucio Maldonado de la puerta de su casa, poco después. Además, con los datos del dueño del utilitario, se activó un teléfono celular que sólo hizo una llamada: la del mensaje a la mamá de Cristian Enrique -el otro homicidio por el que está siendo juzgada en estos días la banda de Esteban Alvarado- para avisarle dónde iba a encontrar el cuerpo de su hijo.
Así comenzó el relato de Rubén: "Yo me desayuno un día sábado con este tema. Le habían robado el vehículo a mi hijo el viernes, era el 26 de octubre de 2018, tipo 11 y media de la noche. Primero me llama mi hijo y me pregunta si estoy bien. Cuando le pregunto qué había pasado, me dice que le acababan de robar la camioneta. Le digo que se quede tranquilo, que para eso teníamos el seguro. Era una Kangoo 2017, gris oscura con vidrios polarizados. Hacía poco la teníamos".
Enseguida, el locuaz testimonio brindó más detalles de aquel robo en una esquina de Villa Gobernador Gálvez: "Mi hijo llegaba al cruce de Alberdi y Juan Domingo Perón, venía de un asado familiar, un bautismo. Ahí se le estacionan al lado cony le ponen un revolver en el parabrisas y le dicen 'Bajate'. Dentro de la camioneta, él tenía el juego de llaves de mi negocio, su billetera y los papeles de la Kangoo que teníamos que hacerlos todo de nuevo. Es decir, había datos de toda la familia. Así que cuando supimos del robo, fuimos a hacer la denuncia a la Comisaría 29 en Gálvez. Y después hicimos cambiar todas las cerraduras, porque se habían llevado las llaves y tenían nuestros datos".
Poco después, la pesadilla de la familia iba a continuar con otro episodio inesperado: "Un 10 de noviembre viene un hombre a mi taller y pregunta por el nombre de mi hijo. Cuando le consulto qué necesita, me responde que es un allanamiento. Y yo le digo: '¡Pero no me diga que apareció la Kangoo!'. Y para mi sorpresa, me explica: 'No, esto es por un secuestro seguido de muerte'. Yo no entendía nada, mi hijo se estaba bañando para ir a un bautismo. Ese día cuando llegaron los uniformados, venían con ellos dos testigos que habían juntado en la calle. Mi mujer mientras allanaban, les dio 7Up y galletitas. Los policías creo que eran de la Federal. Deduzco eso, porque en un momento me ofrecen ampliar la denuncia en la Federal de calle 9 de Julio. Y se nos llevan los teléfonos. A los 40 días, más o menos, nos devuelven todos los aparatos".
Al finalizar la audiencia, el fiscal Matías Edery explicaría la escena, en diálogo con RosarioPlus: "Al hijo del testigo que trajimos hoy a juicio, le roban la Kangoo. Fue al revoleo, para tener un vehículo. Antes del secuestro de Maldonado, le cambian la patente y con esa camioneta se llevan al prestamista de la puerta de su casa, como ya vimos en otras jornadas del juicio con las imágenes de video que muestran las cámaras de seguridad de esa noche de los hechos. La hipótesis que tenemos, todavía a confirmar, es que esa Renault luego fue incendiada. En cuanto a ese allanamiento en la casa del testigo, lo que pasó fue que con los datos de su hijo, ya que se habían llevado su billetera, activaron una línea de teléfono a su nombre. Y desde ese número le hicieron la llamada a la mamá de Cristian Enrique, para avisarle dónde iban a encontrar el cuerpo muerto de su hijo. Al igual que en el caso de Maldonado, quisieron hacer pasar el caso como un crimen de Los Monos y por eso al final del mensaje le dicen 'Con la mafia no se jode'. Como venimos demostrando a lo largo de cada audiencia, esta era una estrategia planificada por Alvarado, con órdenes a cada integrante de la banda".
Como dato final, que vincula un hecho con el otro, un nuevo dato: el Ford Focus blanco en el que venían los ladrones que se llevaron la Kangoo gris, era el mismo vehículo que se usó para secuestrar a Cristian Enrique.