El micro que trasladaba a los jugadores de Central desde el predio de Arroyo Seco fue recibido en el estado Marcelo Bielsa con una lluvia de piedras e insultos por parte de una minúscula cantidad de hinchas leprosos que se encontraban allí en el momento de su arribo. Este hecho de violencia no es más que una situación lamentable en la previa de la fiesta futbolística más importante de la ciudad.

Lo bueno, dentro de esta repudiable acción, es que ningún jugador o integrante de la delegación auriazul fue golpeado o herido por los objetos contundentes que traspasaron los cristales del micro e ingresaron al vestuario sin inconvenientes.

En este tipo de eventos deportivos, la seguridad que se establece debe ser muy rigurosa y esta vez, como ya ocurrió en otras oportunidades, volvió a fallar. Ya con el hecho consumado, la policía reprimió con algunos balazos de goma.

Los jugadores debieron bajar siendo cubiertos por los escudos de los policías apostados en el playón de estacionamiento del Coloso. Nadie de Central resultó herido e ingresaron al lugar sin inconvenientes, más allá del tenso momento vivido en el "recibimiento".

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