Un taxi cayó en uno de los pozos abiertos de Assa
Mal comienzo de jornada para un taxista y su pasajera, en Alvear al 1100. Críticas a la empresa por el tiempo que mantiene obras inconclusas sobre las calles. Assa sostiene que está dentro las previsiones habituales de reparaciones en calzada.
Un taxi cayó en uno de los pozos que Aguas Santafesinas SA mantiene abiertos en las calles rosarinas. No hubo que lamentar heridas ni en el chofer ni la pasajera, pero sí un susto demasiado grande para el inicio de una jornada, encima entorpecida por una lluvia copiosa.
Junto a su Fiat Siena encallado con el tren delantero adentro del pozo de Alvear al 1100, Omar contó con humor el accidente al móvil de Sí 98.9.
"Venia por 9 de Julio, y una señorita me hizo señas. La levanté y me dijo que la llevara a Santiago y Güemes. Era el momento en el que más llovía, 6.30, así que cuando vi la valla ya estaba encima. ¡Plop, adentro! Pero bueno, por lo menos no nos pasó nada, creo que ni al auto tampoco", relató el taxista.
"Y sí, como no tenía nada que hacer me dije, lo voy a meter un rato en el pozo", ironizó Omar, quien eligió la humorada para reflexionar sobre el escollo urbano que abunda en las calles: los corralitos de Assa. "Aguas se va a comer un juicio, porque este corralito hace tres meses que está, como pasa en todo Rosario. Para mí que alguien tiene ganancia con esto por el alquiler de los corralitos y cobra por día", conjeturó el taxista. Luego desde la prestadora del servicio aclararon y negaron la certeza de esa conjetura.
Guillermo Lanfranco, gerente de Relaciones Institucionales de Assa, respondió al respecto: "No hace tres meses que (esa obra vallada) está. La apertura se hizo el 5 de marzo y entró en proceso de reparación de estas características. Hay que retirar el suelo hasta llegar a las cañerías, en este caso un colector cloacal. Realizar reparación hidráulica, después se procede al relleno y la reposición de la carpeta asfáltica", explicó.
Según el funcionario de Assa, esa obra está "dentro de los tiempos que manejamos, alrededor de 10 o 15 días hábiles, sin contar que haya días de lluvia, que demoran el proceso", dijo.
Lanfranco consideró que la cantidad de corralitos en las calles rosarinas hoy no es excesiva. "Estamos dentro de los números de reparación. Cuando se produce un hundimiento, indicador de que tenemos un problema, hasta que se finaliza la reparación hay una serie de tareas, distintas cuadrillas, maquinaria vial, movimiento de suelo, llevar fuera de la ciudad y traer tierra nueva. Hoy estamos en entre 80 y 100 intervenciones en calzada en la ciudad", señaló.
¿Qué pasa con los corralitos?
Lanfranco aclaró la suposición del taxista de un posible negociado con la permanencia de los corralitos en obra. "Cuando se hace una apertura de obra en calzada y se colocan las vallas, esa obra se adjudica a un contratista que tiene plazo de ejecución. Durante ese período, el vallado es a cuenta del contratista. Está dentro de su función de reparar esa intervención, no lo paga Assa sino el contratista: todo lo que él demore va en perjuicio de su trabajo, no de Assa. Si lo deja mucho tiempo se perjudica el contratista".