Una amoladora, máscaras y 200 metros a los tiros: así fue la fuga de Piñero
La Fiscalía comenzó a reconstruir lo que catalogaron como un plan "previamente organizado" con un rol clave por parte de la banda que llegó desde el exterior, armada hasta los dientes
Este miércoles, en la audiencia imputativa por la evasión de ocho internos del penal de Piñero (cuatro fueron recapturados), se conocieron detalles de la espectacular fuga que despertó polémica en todos los niveles del Estado. La Fiscalía comenzó a reconstruir lo que catalogaron como un plan "previamente organizado", con aristas cinematográficos y que necesitó del apoyo clave de un grupo de personas externas, todavía no identificadas salvo por uno de ellos (Walter Sorarire, abatido en el lugar).
El Fiscal Franco Carbone señaló a Joel R., Sergio C. y Antonio S. por haberse escapado del penal conjuntamente con Claudio M., Alejandro C., Martin C., David C., Daniel P., y Ezequiel R., todos formando parte de un plan común. Pero en la audiencia se pudo conocer en detalle cómo fue el accionar de los cómplices, que llegaron al penal listos para la acción.
Según se ventiló fueron al menos cuatro personas las que arribaron al centro de detención ubicado a la vera de la ruta 14 a bordo de un Peugeot 308 color negro. El grupo de apoyo vestía con pasamontañas, capuchas y, al menos uno de ellos, cubría su rostro ocn una máscara de goma.
Los delincuentes estacionaron en el camino rural que bordea el lugar y uno de ellos permaneció en el asiento del conductor con las puertas y el baúl abierto. En tanto que Walter Soraire y los dos restantes descendieron del vehículo y perforaron el cerco perimetral de la cárcel haciendo un agujero en el mismo, utilizando una máquina amoladora, a los fines de ingresar a la Unidad.
Luego, comenzaron los tiros. Una vez en el interior del establecimiento, en el espacio denominado “camino patrulla”, el grupo de cómplices que portaba cinco armas de fuego (entre ellas al menos un revólver, una pistola ametralladora fmk3 calibre 9 mm., una pistola calibre 380 mm. y una pistola calibre 11.25 mm.), comenzó a disparar contra los empleados penitenciarios de seguridad externa que se encontraban apostados en las garitas de seguridad. Así, luego de 200 metros aproximadamente y tras haber sobrepasado cuatro de las garitas antes mencionadas, lograron apostarse debajo de la garita Nro. 5 del Módulo D, y mientras dos de ellos continuaban efectuando disparos contra el personal policial, el restante realizó un corte con la amoladora en el segundo cerco perimetral.
El grupo, entonces, atravesó el “cordón” que lo separa del siguiente tejido alambrado y perforó este último realizando la misma maniobra. Mientras que esto ocurría, los internos Joel R., Sergio C., Antonio S., Claudio M, Alejandro C., Martin C., David P., y Ezequiel R., se encontraban en el patio del pabellón 14 (del Módulo D), en el que estaban alojados, y comenzaron a lanzar elementos contundentes al efectivo de la garita más cercana. Al mismo tiempo, realizaron un corte en el cerco metálico que defiende el pabellón, logrando fracturarlo para salir del patio, uniéndose al grupo de personas que continuaban efectuando disparos hacia los guardias.
La única baja para la banda fue Sorare, quien recibió un disparo en circunstancias que todavía se investigan. El resto continuó con su huida hacia el exterior, tomando uno de los internos el arma de fuego del caído y otro de los internos una pistola provista por quiénes habían ingresado armados, continuando su fuga atravesando el campo hasta egresar finalmente del penal.
El último toque fueron los clavos "miguelitos" que arrojaron en distintos caminos a los fines de evitar ser alcanzados.