Conceptos básicos para entender por qué nos cocinamos
Durante los últimos meses fueron varios los temas que se instalaron en la calle. Los aumentos, los despidos, las vacaciones, el fútbol… todo generó debate. Pero de una cuestión se charla hace rato: el calor. Aunque es un clásico de cada verano, esta vez parece haber afectado más de lo habitual y para entender por qué en 2016 la ciudad se convirtió en un horno gigante, es bueno repasar algunos conceptos básicos.
Durante enero y lo que va de febrero la temperatura superó de taquito los 30 grados y la térmica en algunos casos se rozó con los 40. Oscar Monjelat, director del Grupo Caza Tormentas del Sur, explicó a Rosarioplus.com que esa amplitud suele ser habitual en ciudades como la nuestra. "Lo que se usa para trabajar con la térmica es el valor de la temperatura real, que se toma a la sombra, y la cantidad de vapor de agua que hay presente", señaló el meteorólogo.
"Cuando la humedad es abundante lo sentimos en nuestro cuerpo, transpiramos y no se evapora. Eso ocasiona un efecto de calentamiento en nuestro organismo y con mucha humedad, ese efecto es más fuerte", amplió Monjelat. Y sí, como dicen las abuelas, lo que mata es la humedad.
La ecuación es sencilla: alta temperatura + humedad abundante = trastorno de enfriamiento. “Con aire seco y temperatura elevada estamos cómodos, pero con mucha humedad es otra cosa”, remarcó el especialista para explicar por qué suele producirse esa diferencia a veces muy marcada entre temperatura y sensación térmica.
¿Y hasta cuando hay que bancarse el horno rosarino? Para Monjelat, el calor tiene que empezar a aflojar. “La temperatura irá bajando lentamente por una cuestión natural, pero todavía vendrán algunas térmicas de 37 o 38 grados”, dijo.
El caso Santa Fe
¿Realmente la capital provincial soportó 61.8 grados de sensación térmica como se reportó el 12 de febrero? Monjelat señaló que se trató de un caso bastante particular en el que mucho tuvo que ver el lugar donde se encuentra la estación meteorológica.
“Los más de 60 grados se midieron en una estación ubicada en barrio El Pozo, muy baja y cercana al río. El problema sería que esa térmica se diera en la zona urbana", explicó. Igualmente, en el centro santafesino, la térmica tomada en la estación oficial Sauce Viejo marcó unos nada soportables 52 grados.