Descartan ataques de palometas como los que asuelan en Santa Fe
La irrupción de casos de bañistas mordidos por palometas en la ciudad de Santa Fe encendió el alerta aguas abajo del Paraná. Sin embargo, en la costa rosarina hasta el momento no se han registrado ataques de ese pez.
Consultado por Rosarioplus.com, el coordinador municipal del corredor La Florida, Lucas De la Torre, aseguró que hasta hoy “no están dadas las condiciones” para que se produzca una serie de ataques como la que ocurrió en 2013, ni como la que acaeció en los últimos días en la capital provincial, con 27 casos.
Las playas rosarinas están precavidas ante cualquier emergencia, afirmó el funcionario. Dentro del balneario La Florida hay montado un puesto sanitario, y en la Rambla Catalunya se encuentra el móvil sanitario del SIES. Desde la Empresa del Estado Municipal (EEM) Costanera Rosario, informaron que “en ninguno de los dos lugares se recibió ningún tipo de asistencia por mordedura de palometas” en lo que va del verano. En ese sentido, también comentaron que entre los guardavidas tampoco se recibió ningún “reclamo o planteo” vinculado a palometas.
En Santa Fe sí
En la ciudad de Santa Fe se registraron 27 casos en lo que va de la temporada. Al respecto, De la Torre descartó que el fenómeno pueda repetirse: “No están dadas las condiciones para que haya un ataque masivo en la zona nuestra. Ahí en Santa Fe es una zona muy cálida, con un agua que no fluye tanto como aquí”.
En esa misma línea, el gerente de la EEM, explicó que en Rosario la temperatura del agua no es muy alta y la altura del río no es la propicia para que las palometas busquen un destino de costa. Por lo tanto, deslizó que “no hay indicios” de que puedan generarse ataques masivos, aunque aclaró que siempre pueden darse casos aislados en la costa o en zona de isla.
El año pasado ya se habían registrado un número muy bajo de accidentes vinculados a palometas. El último ataque masivo había ocurrido a fines de 2013, cuando se contabilizaron más de 70 casos en una temporada marcada por altísimas temperaturas y descenso del caudal del río y sus afluentes. En ese entonces, la ola de calor sostenida desde octubre y la baja altura del río generaron las condiciones para que se produzca el fenómeno, según explicó De La Torre.