El Concejo analiza un proyecto para que las apps de delivery tengan sede local
La carpa de asistencia para los trabajadores de aplicaciones móviles que la Asociación Empleados de Comercio de Rosario instaló en la Plaza San Martín cumplió 50 días y las respuestas de las autoridades municipales y provinciales ante el reclamo de los cadetes son casi nulas.
El único avance que lograron los empleados de PedidosYa, Rappi y Glovo, junto al sindicato de los mercantiles, en los últimos días fue la elaboración de un proyecto, junto a los ediles de los diferentes espacios políticos, para exigir que las empresas de las apps tengan una sede local y paguen impuestos por su actividad en la ciudad.
"Hemos tenido reuniones con los bloques del Concejo y estamos trabajando en una ordenanza que tiene que ver con mejorar la situación de desamparo en que están los trabajadores", afirmó el secretario gremial de AEC, Juan Gómez, en diálogo con el móvil de Sí 98.9.
Según explicó el dirigente, el borrador que se redactó en conjunto con los ediles contempla que las empresas "radiquen sus locales en Rosario, como cualquier comerciante", paguen el Derecho de Registro e Inspección (DReI) y cumplan con las normas de higiene y seguridad de sus empleados.
Aunque la normativa municipal recién dio sus primeros pasos, el referente de AEC consideró que el avance en la redacción del proyecto es positivo.
Por su parte, Catriel, delegado Pedidos Ya, afirmó que más allá de la iniciativa en el Palacio Vasallo, desde que comenzó el reclamo los trabajadores siguen "en la misma situación y la empresa no se hace cargo de nada".
"En centro es nuestro lugar de trabajo por la demanda", comentó el cadete y agregó: "Siempre fue el banco de la plaza (San Martín) nuestro lugar de trabajo, pero la empresa cuando vio que nos estábamos organizando nos dividió en cinco diferentes de la cuadra".
Sobre la higiene de los trabajadores antes de la instalación de la denominada Carpa de la Dignidad Laboral, el repartidor dijo: "Nuestro aseo y posibilidad de ir al baño dependía de la voluntad de un local de comidas".
Además, Catriel denunció la falta de medidas sanitaria para llevar a cabo su tarea: "Después del paro que hicimos al principio de la cuarentena nos mandaron alcohol en gel, pero los barbijos son de la donación de la madre de un compañero".