La alegría y la ilusión por la Selección inundaron las calles de Rosario
Las calles rosarinas se pintaron de celeste y blanco con una nueva victoria de la Selección Argentina. El 2 a 1 ante Australia desató la algarabía en los habituales puntos de encuentro.
Minutos antes de las 16, la ciudad se paralizó y el silencio se adueñó de las calles. Los paseos gastronómicos tuvieron una alta concurrencia en su interior, ya que la gente prefirió pasar el momento puertas adentro, con el aire acondicionado encendido para mitigar el calor.
El primer estruendo fue minutos antes de las 17, cuando Lionel Messi frotó la lámpara y destrabó un partido complicado, para poner a la Selección en ventaja.
Algunos lo gritaron más temprano, otros se enteraron por sus vecinos, pero la alegría fue colectiva.
Hubo festejos por Pellegrini, en el tradicional Paso Sports, o el Gran Chopp, pero también cerca del Monumento, en el reconocido Vip, donde algunos lo vivieron al aire libre, quizás pensando en tener el Monumento más cerca.
El segundo gol, de la mano de Julián Álvarez, parecía sentenciar la historia y dejar el camino abierto a una goleada. Pero un desvío obligó a la Selección y a todo un país a sufrir hasta el final.
Pasadas las 18, y luego de que las pulsaciones quedaran a mil con una salvada fenomenal de “Dibu” Martínez, se dio la última explosión, la del pitazo final que sentenció el pase a cuartos de final.
Inmediatamente Rosario volvió a inundarse de gritos, festejos y bocinazos. El Monumento a la Bandera se tiño de celeste y blanco y miles se volcaron a desahogarse tras un final para el infarto.
Niños, bebés con sus madres, adolescentes, jóvenes, adultos... nadie quedó afuera este sábado en lo que fue la primera prueba eliminatoria para el equipo de Scaloni.
La alegría y la ilusión por una nueva copa del mundo se volvieron a trasladar a las calles en una calurosa tarde de diciembre para los rosarinos. Ahora vendrá una vez más Países Bajos, y otra vez la expectativa que espera volver a desatar la algarabía en la ciudad.