La CNRT eliminó el control psicofísico a choferes en la terminal de ómnibus
El motivo es la falta de presupuesto. La oficina examinaba la condición de los conductores de micros de larga distancia, lo que redundaba en la seguridad de cada viaje. Desde este miércoles dejan de funcionar.
El ajuste de gastos que encara el gobierno nacional llegó a una instancia de control que incide en la seguridad vial. La Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) decidió desactivar a partir de este miércoles la Unidad de Control Psicofísico (UCP) cuya oficina en Rosario funcionaba hasta hoy en la terminal de ómnibus Mariano Moreno y cuya función era la de examinar el estado de los choferes de micros de larga distancia. El organismo depende del Ministerio de Transporte de la Nación, que dirige Guillermo Dietrich. Con la medida, además, pierden ese empleo unos 40 profesionales en todo el país, involucrados en esa misión de control. ¿El motivo? Ya no hay presupuesto para esa función.
La psicóloga Nadina Caamaño, una de las profesionales de la salud que forma parte del equipo rosarino que hace un año trabajaba allí, defendió la labor de la UCP y contó los logros que se habían obtenido en materia de condiciones laborales de los choferes y seguridad para los pasajeros.
"En un año se ha logrado que los conductores tengan mayor conciencia sobre la seguridad vial, que es parte de su propia seguridad", detalló Caamaño que se desempeña como psicóloga en el dispositivo implementado desde la CNRT. "Se retiraron en un año más de 1.900 licencias, lo que implica que la comunidad viajó más segura en este año sin saberlo porque no hubo una difusión del trabajo de hormiga que se venía realizando", detalló.
En este sentido describió que "el dispositivo fue pensado para generar un cambio paulatino en las costumbres y hábitos culturales de los conductores que suelen atentar contra su salud y en consecuencia contra la seguridad en transporte público. No en la criminalización de estas conductas sino en que tomen conciencia de que deben reparar en estos hábitos".
Según expuso la profesional, estos cambios requieren de constancia y de ser sostenidos en el tiempo porque se trata de costumbres muy arraigadas. "Se retuvo licencias por estrés, por hipertensión, por ejemplo, y muchas veces los conductores -que en un principio pensaban que veníamos a atentar contra su trabajo- nos terminaron agradeciendo", expuso.
Finalmente, la profesional lamentó que "no sólo nos restan a nosotros como profesionales la posibilidad de trabajan en la implementación de políticas de salud públicas, sino que le restan a los choferes el cuidado sobre su salud y a la comunidad la tranquilidad de saber que viaja segura".