La Inteligencia como factor de dominación
El espionaje interno y otras operaciones de las que se valió el terrorismo de Estado para garantizar el disciplinamiento social y la persecución ideológica.
Por Stella Segado (*)
Se cumplen 45 años del golpe de Estado que instaló en el país el "Proceso de Reorganización Nacional", proceso que re-organizó las relaciones sociales en nuestra sociedad a partir del uso de la violencia masiva. Así, el disciplinamiento social fue parte de la dominación, y el uso del terror fue doctrinariamente planificado: porque no solo se buscó el aniquilamiento de objetivos claros sino que se operó sistemáticamente sobre la adhesión civil al gobierno de facto.
Si bien la profesionalización de las fuerzas armadas (FFAA) había comenzado a finales de los años 50, en sintonía con el momento histórico internacional, a esa matriz cultural de inicio, que fue el anticomunismo, se le sumó la doctrina de seguridad nacional con la noción del enemigo interno.
Esta concepción ideológica política derivó en la persecución de todo movimiento del campo popular, en el antiobrerismo y el antiperonismo. Y la Inteligencia, como parte clave de esa estructura, desplegó toda la doctrina necesaria para cumplir esos fines.
Hasta el advenimiento de la democracia, las FFAA estaban a cargo del sistema de inteligencia, incluyendo a la SIDE, desde su creación a inicios de los años 40. Como todo sistema, funcionaba como un organismo complejo cuyas partes se relacionaban al menos con uno de sus componentes, tal es el caso de las fuerzas de seguridad que dependían de una Fuerza (Prefectura de la Armada o Gendarmería del Ejército). Pero, además, fue un sistema ordenado de normas y procedimientos, en cuya estructura los niveles de la inteligencia eran concordantes con los niveles de conducción.
La SIDE, a cargo de un general en actividad, dependía de presidencia y por decreto de creación debía estar conformada por miembros de las FFAA. La Secretaría se encontraba en la cúspide del sistema a través de la Central Nacional de Inteligencia, presidida por quien fuera el secretario de inteligencia de Estado. Su estructura se completaba con un directorio conformado por los jefes de inteligencia de cada una de las fuerzas y el jefe de la Superintendencia de Seguridad Federal. En ese ámbito se elaboraba la doctrina nacional de inteligencia que definía los objetivos de la política en la materia.
Una herramienta y recurso fundamental de la inteligencia fue la llamada "acción psicológica", que se valió de todos los métodos a su alcance: rumor, censura, notas periodísticas apócrifas, propaganda y campañas, planificando y organizando las estructuras necesarias para ejecutarla desde la misma Secretaría de Información Pública.
Conocer los objetivos y los modos de operar de la Inteligencia de aquellos años echa luz sobre el funcionamiento de la inteligencia hasta nuestros días, porque en la génesis de la "lucha contra la subversión" se hallan los fundamentos en que se basaron las experiencias de las guerras contra la descolonización. Tal vez eso pueda aportar claves de comprensión que den cuenta de los alineamientos a lo largo de la historia de la Inteligencia en nuestro país. Es por ello que solo aquellas instituciones que se hacen cargo de su historia, trabajan para su conocimiento y generan una política de memoria podrán proyectarse al futuro.
(*) licenciada en Gestión de Políticas Públicas, coordinadora del Área de Archivos y Memoria de TeCMe, y ex directora nacional de Derecho Humanos del Ministerio de Defensa.