Signo de la época. La Policía de Santa Fe repitió en Rosario una escena que la semana pasada ya había encendido polémica: ir sobre adolescentes y jóvenes, interrogarlos como sospechosos de delito y exigirles DNI so pena de llevarlos demorados. Sucedió días atrás en inmediaciones de la escuela Francisco de Gurruchaga, en barrio Agote; y volvió a ocurrir aquel lunes 28 de octubre en el barrio de la comunidad Qom (toba), del extremo sudoeste de la ciudad. 

La diferencia: esta vez sí se llevaron detenidos a cuatro jóvenes que estaban en el playón del barrio ensayando sus rutinas de rap y hip hop para un show comunitario y gratuito que se realizará esta tarde de martes, en el mismo espacio público de donde se los llevaron en patrulleros.

El arresto, no obstante, implica una notoria paradoja en la que el propio Estado provincial se muerde la cola: los jóvenes detenidos participan de un taller del programa Nueva Oportunidad, del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia. Se los llevaron presos igual por no tener el DNI consigo. 

Los jóvenes hablaron para la cámara del programa de hip hop Código Divino, que va los lunes de 21 a 23, por Radio Sí 98.9

“Somos 8 que participamos del taller del Nueva Oportunidad, nos encargamos de hacer música”, presentó El Brother, uno de los jóvenes del barrio que componen el grupo Rap del BT Crew, y que se presenta este martes en el encuentro de rap y hip hop en el playón de Aborígenes Argentinos y Qom (Garzón al 4400), junto a la escuela intercultural “Nueva Esperanza”.

Los jóvenes relataron que el lunes estaban como siempre, rapeando en esa plazoleta. “Nos paró la Gorra y se llevaron a cuatro de nuestros compañeros por no tener DNI. Estábamos ensayando para la hiphopeada, una canción que estamos armando grupalmente y vino la Policía y trató de reprimirnos a todos pidiendo DNI. Vino gente de acá a defendernos, pero nada, cargaron las escopetas y los llevaron igual”, contaron en diálogo con Maria Picech, Evelin Ramos, y Mariana Soto.

El Brother fue uno de los que no tenía el documento encima, en ese momento. “Yo vivo acá enfrente, así que me lo trajeron al toque y se los mostré, pero no me lo aceptaron y me llevaron igual: me hicieron perder un día de trabajo, todavía no me devolvieron mi teléfono celular. Nos trataron como si estuviésemos vendiendo droga. Y lo que hacemos es música, nada malo”, protestó.