Los inspectores de Litoral Gas intentaron despegarse de la cadena de negligencias
Los inspectores de la empresa Litoral Gas, Guillermo Oller y Luis Curaba, apuntaron contra Carlos García, el gasista particular que intentó reparar el regulador en el edificio de calle Salta 2141 momentos antes de la tragedia. En su declaración de este lunes, en el juicio, remarcaron que ellos no estuvieron presentes en el inmueble el día de la explosión.
Oller y Curaba, sin embargo, trabajaron en el lugar algunos días previos al fatídico 6 de agosto. Puntualmente, se presentaron el 26 de julio de 2013 para rehabilitar el servicio de gas. Ambos están imputados como parte de una cadena de errores.
El 24 de julio de 2013, una de las vecinas que habitaba en las torres se comunicó con Litoral Gas para denunciar falta de presión en su departamento. Al día siguiente el reclamista Gerardo Bolaño se hizo presente y detectó fugas, por lo que pidió autorización para cortar el suministro de todo el edificio hasta que un gasista matriculado arreglara la falla.
Entonces el gasista José Allala se presentó, el viernes 26 de julio, y trabajó hasta las primeras horas de la noche en pos de reponer el servicio. Pasadas las 21, Oller y Curaba llegaron a Salta 2141 para realizar la inspección correspondiente y, tras el visto bueno, reconectar el gas.
García ya dijo lo suyo
La defensa del gasista García se manifestó durante la segunda jornada del juicio. El abogado Hugo Bufarini replicó la estrategia de los jerárquicos de Litoral Gas, que endilgan toda la responsabilidad al técnico y su ayudante, Pablo Miño.
La tarea de Bufarini no fue fácil aquel día, ya que buscó relatar quién es el gasista Carlos García, a la vez de responder la acusación del defensor de los jerárquicos de Litoral Gas, el abogado Walter Stramazzo, quien busca instalar que “la responsabilidad recae sólo en quienes trabajaron el 6 de agosto porque los trabajos del gasista fueron clandestinos y a sus espaldas”, dijo.
En su día, en diálogo con este medio, el letrado recordó: “Les devolví la piedra que tiraron a García, y coincidí con la postura de la fiscal (reconociendo la responsabilidad de mi defendido) de que se trata de una cadena de negligencias, manoseando las instalaciones que luego le tocó a García, a quien hay que pegarle para salvarnos todos”.
Recordó el abogado que “desde el 24 y 25 de junio se habían dado hechos puntuales: tres reclamistas fueron cinco veces al edificio de Salta 2141, otro gasista (Allala) y el plomero Gauna, por lo que mucha gente tocó las instalaciones del gas del edificio”.