Reabren causa penal por la muerte de una kayakista en el río Carcarañá
El caso pasó a la fiscal Benvenutto, quien empezó a tomar declaración a testigos. Apuntan una acumulación de negligencias que propiciaron la tragedia. El senador Rasetto, salpicado. Hoy se cumplen dos años.
La investigación sobre la muerte de una kayakista durante una travesía recreativa por el río Carcarañá cambió de fiscal y ahora quien está a cargo decidió reabrir la causa e indagar en las responsabilidades de quienes no previnieron una tragedia a todas luces evitable. El caso salpica al senador del departamento Iriondo, Hugo Rasetto, quien por entonces estaba en campaña y fue uno de los que convocaron al periplo náutico, junto con la Comuna de Andino. Hoy se cumplen dos años de aquella jornada luctuosa y la investigación penal hasta ahora no había avanzado.
Por eso las compañeras y compañeros de Marisa Cassín, la víctima de aquella travesía, realizarán este sábado a las 17, en Rambla Catalunya, una concentración de kayaks para hacer visible que esa muerte evitable sigue impune.
La causa pasó del fiscal Maximiliano Nicosia a su colega Natalia Benvenutto, en la fiscalía de San Lorenzo. Y Benvenutto reactivó la semana pasada la toma de declaración testimonial a numerosas personas que participaron de la travesía y que estuvieron junto a la víctima aquel fatídico 16 de marzo de 2019. Esta era Marisa Cassin, de 52 años, y miembro del contingente de kayakistas de Rosario Central. Murió ahogada cuando su kayak entró en una zona turbulenta del río Carcarañá, a causa de ruinas sumergidas de la vieja usina eléctrica de Lucio V. López. Varias embarcaciones se dieron vuelta por esa causa, y la de Cassin quedó atrapada entre las ramas sumergidas de un árbol.
No había ningún dispositivo previsto para una emergencia como esa. La kayakista murió a pesar del esfuerzo de sus compañeros que intentaron rescatarla en soledad y sin los medios necesarios. Faltaron también los recaudos necesarios que incluso habrían hecho inevitable la suspensión del paseo náutico. Entre los inscriptos se contaban familias con chicos y personas sin experiencia previa. Tal era la postal inicial de "El desafío del Carca" cuando partieron desde el Parque Sarmiento, de Carcarañá, y varios con la leyenda "Rasetto Senador" estampada en las pecheras distribuidas para el evento.
"Siempre ocurre que en travesías así todo es más seguro, más cuidado que cuando una sale a remar por su cuenta, con gente en lancha que asiste a los que van remando, van anticipando la ruta. Pero acá no. Se nos dijo muy a la ligera que había tres lugares donde el río estaría un poquito más movido, pero al llegar a ese lugar, simplemente era una trampa. Muchísimos kayaks se dieron vuelta, el mío se rompió. Era muy peligroso. No deberían haber permitido que pasáramos por ahí", señaló Griselda Amez, una de las que asistió a Marisa Cassin en sus últimos instantes.
"Yo me di vuelta, perdí la pala, pero logré salir del bote y una gente me ayudó. A Marisa le pasó lo mismo un ratito antes pero no logró salir. Un compañero, gente trataba de sacarla, de romper el bote, pero no pudieron. La única lancha de apoyo que había no tenía ni botiquín, herramientas, nada", recordó Amez.
Luego supieron que ese sector tenía tal turbulencia por los escombros sumergidos de la vieja usina. "Luego nos enteramos de que el presidente comunal de Lucio V. López había advertido que no estaban las condiciones adecuadas para hacer la travesía por esa causa. Cuando el río está alto, esas piedras quedan abajo y no molestan, pero si está bajo, no se puede pasar. También luego supimos que los Bomberos habían avisado antes que no podrían prestar asistencia, y sin embargo la hicieron igual", señaló una de las testigos que espera su turno para declarar ante la fiscal Benvenutto.