Rodenas: "Se necesita una formación con perspectiva de género en el poder judicial"
Este martes se vio sacudido por la denuncia de violación de Thelma Fardin contra Juan Darthes. En una conferencia de prensa llevada adelante poe el colectivo de Actrices Argentinas, la joven brindó su testimonio a partir de un video y luego respondió una serie de preguntas de los medios presentes. Los detalles del caso abrieron el debates en redes sociales sobre cómo es posible tratar en la justicia una denuncia de estas características. Sobre esto se refirió la diputada nacional y exjueza penal Alejandra Rodenas, a través de una carta.
"Me siento en la necesidad de contribuir humildemente a aclarar algunas cuestiones que hoy circulan en las redes sociales y en los medios de comunicación en relación a la valiente denuncia de Thelma Fardini acompañada por el colectivo Actrices Argentinas", empieza la misiva de la diputada compartida a través de su cuenta oficial de facebook y también con diferentes medios de comunicación.
"Hace tiempo que los docentes enrolados en lo que ha dado en llamarse las perspectivas críticas del derecho enseñamos la necesidad de poner en crisis aquellos costados que exhiben al derecho no siempre como una herramienta de fácil acceso para los que tienen el derecho de acceder a la justicia de modo ágil y transparente", explica la también docente en la Facultad de Derecho de Universidad Nacional de Rosario (UNR).
En este sentido invita a "promover definitivamente una formación con perspectiva de género en el ámbito judicial, sin que esto excluya a todas aquellas mujeres y varones que, sin ser miembros del poder judicial, se animen controvertir una formación ancestral y caduca que opera como obstáculo epistemológico a la hora de comprender estos fenómenos que tanto dolor nos provocan como sociedad".
Finalmente se despide con una serie de preguntas: "¿Cuánto dolor estamos dispuestos a soportar como sociedad? ¿Cuántas negaciones vamos a permitir que conformen nuestros aconteceres diarios? Nunca es tarde para intentar cambiar los paradigmas dominantes: todos podemos formarnos, informarnos y abrir nuestros corazones".
La misiva completa
Como ex Jueza Penal de la Ciudad de Rosario, Docente de la UNR en la Facultad de Derecho y actual Diputada Nacional me siento en la necesidad de contribuir humildemente a aclarar algunas cuestiones que hoy circulan en las redes sociales y en los medios de comunicación en relación a la valiente denuncia de Thelma Fardin acompañada por el colectivo Actrices Argentinas.
No me anima otro deseo que el de acompañar como siempre lo hice, aún siendo jueza, a los movimientos de mujeres en sus diversas y ricas expresiones, sea cual fuere la filiación ideológica que estos expresen.
Hace tiempo que los docentes enrolados en lo que ha dado en llamarse las perspectivas críticas del derecho enseñamos a nuestros alumnos la necesidad de poner en crisis aquellos costados que exhiben al derecho no siempre como una herramienta de fácil acceso para aquel que tiene el derecho de acceder a la justicia de modo ágil y transparente.
Esta característica que definimos como la opacidad del derecho lo convierte, sumado a un lenguaje que no siempre define y clarifica sus objetivos, en un impedimento para la comprensión de los ciudadanos y ciudadanas.
Estos obstáculos no son casuales: el Derecho y el Poder suelen asociarse de manera tal de generar en todos aquellos que requieran de su respuesta un campo de confusión y malos entendidos.
¿Cuáles serían algunas de las premisas a tener en cuenta para erradicar dicho funcionamiento en lo que atañe a los delitos que se cometan contra la integridad sexual?
1) Erradicar la visión hegemónica, según la cual la mirada excluyente del objeto de investigación se pose sobre la víctima y su vida personal.
2) Poner en crisis el modelo y la mirada patriarcal en relación al devenir de la investigaciones y en el accionar de los operadores de la justicia, y en especial de la justicia penal.
3) Los delitos contra la integridad sexual (artículos 119 y 120 del Codigo Penal), entre los que se destacan el abuso sexual, el abuso sexual grávemente ultrajante y la violación, no pueden perseguirse de oficio por los fiscales o jueces porque se los conoce como “delitos dependientes de instancia privada”.
De esta manera es necesario e imperativo que exista la denuncia correspondiente de la víctima, salvo que la víctima haya fallecido por el hecho o sufrido lesiones gravísimas del artículo 91 del Código Penal: en estos dos casos fiscales o jueces deberían proceder de oficio, sin la necesidad de la denuncia correspondiente.
Es fundamental entender que los delitos contra la integridad sexual de los menores de edad (como el caso de Thelma Fardin) tienen suspendido el curso de la prescripción hasta tanto y en cuanto cumplan la mayoría de edad (18 años) y hagan la denuncia correspondiente o ratifiquen la denuncia formulada por sus representantes legales durante su minoría de edad.
¿Qué significa que se suspenda el curso de la prescripción? Lisa y llanamente significa que el delito no comenzará a prescribir hasta que cumplan 18 años y realicen la denuncia o ratifiquen la de sus representantes legales. Antes no.
4) Promover definitivamente una formación con perspectiva de género en el ámbito judicial, sin que esto excluya a todos aquellas mujeres y varones que, sin ser miembros del poder judicial, se animen controvertir una formación ancestral y caduca que opera como obstáculo epistemológico a la hora de comprender estos fenómenos que tanto dolor nos provocan como sociedad.
¿Cuánto dolor estamos dispuestos a soportar como sociedad? ¿Cuántas negaciones vamos a permitir que conformen nuestros aconteceres diarios? Nunca es tarde para intentar cambiar los paradigmas dominantes: todos podemos formarnos, informarnos y abrir nuestros corazones.