Trabajadores acusan a Bimbo de precarización y competencia desleal
Distribuidores independientes y empleados de la ex compañía de alimentos Fargo, que desde 2011 pertenece a la multinacional Bimbo, se manifestaron frente a la sede de la Gobernación, en Santa Fe y Moreno, para exigir respuestas ante el cambio de políticas que dejaría en la calle a 36 trabajadores.
El conflicto de los trabajadores con el grupo empresario lleva varios años y tiene un impacto a nivel nacional. Desde que la compañía de panificación más grande del mundo adquirió la firma Fargo, los cambios en la distribución del producto generó despidos y precarización laboral.
"Desde 2011 viene aplicando políticas abusivas para tratar de sacar del mercado a los distribuidores", afirmó Emanuel, delegado de los distribuidores independientes de la ciudad, en diálogo con Rosarioplus.com.
Según comentó el representante gremial, unas doscientas personas fueron despedidas de dos plantas que funcionaban el Buenos Aires, mientras que en Córdoba se inauguró un centro de distribución que demandó una inversión de unos 30 millones de dólares.
"Los empleados que despidieron en Buenos Aires tenían un sueldo que oscilaba entre 15 y 18 mil pesos mensuales, los que se crearon en Córdoba cobran 8 mil", dijo el distribuidor y agregó: "Además, la planta tiene subsidios del Estado y servicios subvencionados".
En cuanto a la situación de los trabajadores rosarinos, Emanuel comentó que la empresa está implementando desde hace tiempo algunas políticas que perjudican al sector en su actividad, como la distribución directa a precios más bajos o la reducción en la cantidad de productos que se ofrecen al cliente.
"La empresa quiere que le entreguemos la cartera de clientes y después designar aleatoriamente a qué comercio cada uno va a tener que atender", contó el referente gremial y agregó: "De esta forma no se puede saber la rentabilidad que vas a tener con los clientes que te dan, y los gastos fijos siguen siendo los mismos".
Sobre la intervención de las autoridades provinciales en el conflicto, Emanuel señaló que el poder ejecutivo santafesino no puede tomar una postura firme porque la empresa es nacional y la sede de las mismas está en Buenos Aires.
"No nos terminan de echar, nos quieren fundir", afirmó Emanuel y concluyó: "Si nos despiden no dependendemos de la exclusividad y podemos seguir trabajando con otra marca. Es todo macabro, pero es la manera en que se manejan a nivel mundial".