El periodista rosarino Leo Graciarena falleció este martes a los 55 años de edad. La noticia generó gran conmoción y tristeza en el mundo del periodismo y particularmente en la redacción del diario La Capital donde se desempeñaba desde hace décadas como cronista de temas policiales. 

Leo era reconocido y muy querido por sus colegas. La Capital, en dónde trabajaba desde fines de la década del '90, subió una sentida nota que tituló “La despedida prematura y triste del periodista Leo Graciarena”, en la que describen su dedicación y profesionalismo. Además, allí se afirma que murió de manera intempestiva durante la tarde de este martes. Leo tenía solo 55 años, y una esposa y un pequeño hijo.

Era un periodista de raza. Olfateaba la noticia y caminaba la calle. Hablaba con todos, buscaba fuentes, no paraba hasta encontrar el dato que necesitaba. Después se sentaba ante la computadora y escribía con calidad y potencia: sabía contar historias, era dueño de un vigoroso estilo coloquial de raíz arltiana”, inicia la nota. 

“Corresponde dar las gracias a quien dio tanto, y de tanta calidad. Desde aquí lo hacemos. Y le enviamos un abrazo al querido Leo, que toda la ciudad sin dudas comparte”, cierran.