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Un grupo de vecinos autoconvocados de barrio Tablada en la zona sureste de la ciudad, realizará este sábado una reunión abierta para denunciar la contaminación que sufren como consecuencia de la operatoria de las unidades portuarias VI y VII, cuya actividad desprende nubes de polvo y cascarillas de cereal que el viento dispersa varias cuadras a la redonda.

La reunión estaba prevista para el fin de semana pasado, pero finalmente se realizará el sábado que viene a las 10.30 en la parroquia Nuestra Señora de Fátima (Guiraldes 500 bis). La organiza el grupo  Vecinos Autoconvocados contra la Contaminación Agrotóxica (Vacca).

Uno de los promotores de la demanda barrial, Luis Cuello, señaló que el objetivo es exigir atención del Estado para que fiscalice la actividad portuaria y controle sus niveles de polución ambiental. "La Ley de Información Pública obliga a las autoridades a dar estadísticas reales sobre los centros de salud de la zona en cuanto a casos vinculados a la contaminación que atienden. Los médicos del barrio nos lo dicen", dijo.

“En los últimos meses se han vuelto más que intolerables las nubes de polvillos y cascarillas que se derraman en nuestros barrios provenientes de la carga de cereal en las unidades VI y VII del Puerto de Rosario, bajo control y operación de Servicios Portuarios SA. Según estudios, dichos residuos están altamente contaminados por veneno residual de los agrotóxicos como glifosato y otros utilizados en la producción del cereal”, dice un comunicado de los vecinos respecto de la terminal fluvial situada a la altura de Villa Manuelita. 

Según Cuello, el venteo nocivo proviene del cereal almacenado en 180 silos que reciben, a su vez, la carga de 800 camiones por día en temporada de cosecha, y que descargan sobre dos buques a la vez en esos muelles del Bajo Ayolas. La capacidad de carga de esa estructura es de 230.000 toneladas diarias.

"La gente a veces ve en sus casas algo como aserrín y no se da cuenta de que en realidad es cascarilla de los silos. Hemos detectado esos restos a tres kilómetros del puerto, o sea que afecta a miles de personas", mensuró Cuello. 

“Alertamos que el funcionamiento de estos silos de gran porte provoca un gran impacto ambiental y atenta contra la salud de decenas de miles de rosarinos”, explican. En la reunión los vecinos evaluarán los pasos a seguir, como ser la presentación de un petitorio con cientos de firmas alertando sobre esta situación.

Esperan contar con la presencia de distintos actores sociales y políticos como sindicatos, docentes, médicos, partidos políticos y demás organizaciones para que se interioricen de este grave problema.