AJ, Raffaella Carrá y el truco del playback en Rosario
El conductor y empresario de espectáculos contó en Hoja de Ruta cómo fue la vez que la cantante se presentó en el estadio de Rosario Central
Alberto J. Llorente, uno de los personajes más conocidos de la TV rosarina y además empresario de espectáculos, contó al aire de Si 98.9 su vivencia cuando fue el encargado de traer a la ciudad a la estrella mundialmente conocida, Raffaella Carrá, quien falleció el pasado lunes a los 78 años.
“Cuando trajimos a Raffaella Carrá era otro mundo, otra vida, otros costos”, dijo Llorente, popularmente conocido como AJ, y contó que este logro se hizo posible con su socio Poli Román con quien eran dueños de varios boliches de la ciudad. Tras haber trabajado con otras figuras se les ocurrió traer a la diva italiana, el sueño fue posible la noche del 21 de octubre de 1978 en el reluciente estadio de Rosario Central, donde hubo más de 20 mil personas.
“Estuve con la mismísima Raffaella y su pareja en ese momento, Gianni Boncompagni, que también era su productor y autor de varios de sus éxitos”, recordó el avezado locutor que entre tantos entretelones señaló que Raffaella fue pionera en el uso de pistas musicales, y que esa noche en algunas canciones hizo playback.
“En Rosario no sabíamos de qué se trataba”, añadió sobre la polémica técnica para fingir el canto. Como productor manifestó no sentirte defraudado por esta decisión de Raffaella, más bien lo justificó: “Cada artista hace lo que quiere mientras se lo aplauda”, dijo.
“El escenario estaba en la cancha, a mí me tocó estar en el césped. Iba, venía y miraba que todo esté bien, era ella más cuatro bailarines que tenían un ensayo de baile espectacular. En un momento me arrimé al escenario y me di cuenta que no cantaba”, completó.
Expuso además que en ese momento los músicos en general eran acompañados por bandas o grandes orquestas, pero el caso de Raffaella era distinto ya que su fuerte era el show escénico donde el baile también era preponderante. Como la artista, la italiana hacia mucho truco, se movía por todo el escenario y “se agitaba”, situación que no le permitía cantar bien.
Para el animador más popular de Rosario hoy sería imposible hacer un espectáculo de esa envergadura. Entre otras cosas confesó que la venida de Raffaella le costó 250 mil dólares y junto a ella llegó un batallón de técnicos, además de dos camiones con todo el sonido y las luces.