Muchos habitantes del edificio incendiado en calle Laprida al 900 debieron reubicarse, con la incertidumbre de no saber cuándo volverán a sus hogares. Todo esto, mientras intentan absorber el paisaje devastador que dejaron las llamas y el humo en sus departamentos.

María Maiorano es propietaria en un departamento del tercer piso en la torre posterior, la más afectada por el incendio que se produjo el pasado miércoles por la mañana en la cochera, y contó a Rosarioplus.com cómo quedó el torre y su departamento.

“Mi departamento está cubierto de humo y hollín, pero es lo de menos, porque toda mi familia está con vida”, contó tras recordar esa mañana en la que el incendio los encontró junto con su marido e hijos durmiendo. La consecuencia más grave fue la muerte de una anciana de 93 años, que falleció por las dificultades respiratorias que le produjo la situación.

Los departamentos más comprometidos son los del primero y segundo piso de la torre posterior, más cercanos a la cochera, pero María contó que en su casa sufrió también consecuencias severas, sobre todo en su baño. “Explotó el extractor y hay cañerías rotas”, dijo.

Cuando volvieron a su hogar, María y su familia se encontraron con un panorama de posguerra: el ascensor carbonizado, techos caídos, persianas rotas, ventanas estalladas y paredes negras y resquebrajadas.

Lo más desolador, además de un edificio vacío de gente y lleno de sus pertenencias y recuerdos, es que no hay certezas. “Nadie sabe cuándo vamos a volver, ni cómo lo vamos a pagar, porque hay vecinos jubilados que debieron sacar créditos para hacer un arreglo hace un tiempo, y ahora hay que cambiar estructuras que lleva mucho más dinero y tiempo”, lamentó.

Mientras tanto, esta familia de cuatro personas busca un hogar provisorio para residir juntos. Mientras tanto, piden a la Municipalidad de Rosario o algún rosarino solidario que les facilite un lugar donde puedan residir durante todo el tiempo que lleven los trabajos de reacondicionamiento de su hogar.