Con garra y corazón, Central resolvió un partido áspero

Central lo sacó adelante. No fue sencillo como podía imaginarse en la previa. El Canalla y Temperley jugaron a puro vértigo, se generaron varias situaciones y dejaron el final abierto hasta el último instante. Finalmente festejaron los de Montero, que se transitan una buena racha y, de a poco, le agregan algo de buen juego a su funcionamiento. 

Minuto a minuto

Central tuvo las mejores en el inicio del juego. Desde larga distancia y con pelota parada probó Mauricio Martínez, pero su remate que se desvió en la barrera fue devuelto por Ibáñez que llegó a volver sobre sus pasos para volar de manera espectacular. Luego, una volea de Carrizo se fue desviada.

Todo ese empuje auriazul quedó capitalizado a los 14 minutos. Una muy buena jugada colectiva fue coronada por el uruguayo Washington Camacho, que pisó el área rival para empujar un centro de José Luis Fernández. Era el 1 a 0.

Con la ventaja de su lado, el Canalla no aflojó. Fue por más y estuvo a punto de encontrar su premio con un remate de Leguizamón que se fue pegado al palo derecho de Ibáñez. La respuesta de Temperley llegó a los 29 con un tiro de Chimino que controló Rodríguez. Por entonces era ya  un juego de lo más entretenido, con mucho ritmo. En ese ida y vuelta Central tuvo una clarita en los pies de Ruben. 

Central tuvo dos malas noticias durante el primer tiempo: Teo Gutiérrez llegó a cinco tarjetas amarillas y quedó suspendido para la próxima fecha, y Paolo Montero fue expulsado a poco de terminar los 45 minutos iniciales.

En el inicio del complemento no hubo tantas situaciones pero no por eso el juego bajó en intensidad. Temperley lo jugó a muerte y Central se bancó, como pudo, un partido áspero. El uruguayo Guevgeozián estuvo muy cerca de marcar el empate a los 14 minutos. 

Pero después del aviso llegó el empate. Y fue el propio Guevgeozián quien desató el festejo Gasolero en el Beranger. El delantero capturó una pelota suelta a la salida de un corner y empujó al fondo de la red.

Para Central fue sólo una tormenta. Instantes después de recibir el empate reapareció su capitán y goleador, Marco Ruben, que sentenció a Ibáñez con un violento remate para establecer el 1-2. Todos los Canallas lo gritaron con el alma. Es que el partido realmente se complicaba. 

En el tramo final los de Montero aguantaron como pudieron y apostaron al contragolpe. Temperley fue con todo, ahogado por la necesidad de sumar para no descender, y por momentos puso en apuros a Rodríguez. Tanto el arquero como la zaga Leguizamón - Pinola se mostraron firmes para responder.