Doce años presa por un asesinato que no cometió
La Corte Suprema de Justicia de Santa Fe declaró inocente a María Gauna, quien pasó largo tiempo tras las rejas acusada de haber matado a su marido. La historia, en detalle, contada por su hermana Ingrid
Una mujer de Arequito estuvo doce años presa acusada de matar a su pareja, pero finalmente la Corte de Suprema de Justicia de Santa Fe dictaminó su inocencia. La hermana de la mujer aportó detalles sobre el caso y contó la odisea vivida durante este largo tiempo, a la vez que reclamó saber quién fue el responsable del crimen.
Todo comenzó el 6 de febrero de 2005, cuando un hecho singular conmovió a la gente de esa pequeña localidad del departamento Caseros. Cerca de las dos y media de la tarde de ese domingo, Omar Bartolelli y María Gauna fueron hallados recostados en el jardín delantero de la casa que compartían como matrimonio desde hacía 7 meses: sus cuerpos estaban ensangrentados como consecuencia de las puñaladas recibidas, ambos en ropa interior.
Vecinos advirtieron la escena y dieron aviso a las autoridades. Cuando llegó un médico al lugar, Omar ya estaba sin vida. María, quien fue trasladada al hospital, quedó presa poco después y acusada de ser la presunta responsable del crimen. Tras permanecer doce años tras las rejas, en Casilda, este 21 de diciembre la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe la absolvió de culpa y cargo, y ordenó su inmediata libertad.
“Parece una novela de ficción pero lamentablemente fue real”, resumió a Radio Casilda Ingrid Gauna, hermana de María. La mujer relató con lujo de detalle lo vivido por la familia del primer al último día. Contó que la hipótesis con la que se trabajó desde un principio fue la de “crimen pasional”, idea que sostuvieron las autoridades policiales, políticas y las judiciales de Rosario.
Si bien la familia apeló a todo lo que estuvo a su alcance para demostrar su inocencia, la mujer fue condenada por “homicidio calificado agravado por el vínculo”. María siempre insistió en que había otras personas responsables de la muerte de su marido. Durante su tiempo en la cárcel, los apuntados como presuntos autores siguieron caminando por las calles de Arequito y varios testigos fueron amenazados, según precisó Ingrid.
Un dato clave que, parece, sirvió a revertir el fallo: expertos sostienen que los cortes profundos que tenía María en sus manos no pudieron haber sido hechos por ella misma. Esto implicaría que necesariamente participó del episodio otra persona.
El pasado 21 de diciembre la Corte santafesina determinó la inocencia de la mujer y ordenó que la liberen inmediatamente. “Hoy me levanto orgullosa de saber que todo fue como dijimos”, sostuvo Ingrid, quien confirmó que a partir de febrero, luego de la feria judicial, su hermana se constituirá en querellante de la causa y aportará datos para que la justicia intente dar con la persona que cometió el crimen.
Por estos días, María se encuentra en Corrientes, su provincia natal, pasando unos días con sus familiares. Ingrid agradeció el trato que tuvieron los policías de Casilda para con su hermana mientras estuvo detenida. Además, afirmó que tras lo ocurrido “es imposible decir ‘borrón y cuenta nueva’” pero que María intentará rehacer su vida.