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José Manuel Alcacer, el abogado del médico rosarino detenido por intento de contrabando de cocaína disimulada en arroz, negó que su defendido tenga vínculos con el narcotráfico y aclaró: “No tenía una cocina de cocaína ni para pacientes ni para traficar al exterior”, como señalaron algunas versiones. El oncólogo fue apresado en un operativo ordenado por el juez federal Sergio Torres como parte de una investigación que pretende desintegrar a una banda integrada por alrededor de 30 personas dedicadas al comercio internacional de estupefacientes.

Gabriel Zilli, médico con residencia en Rosario y que desarrolla su actividad en el sanatorio Plaza, fue indagado el lunes, señalado por ser uno de los “eslabones” de una organización dedicada al tráfico de droga en cargamentos de arroz.  El abogado explicó que su defendido "desde hace un año había intentado armar una empresa dedicada al comercio de granos" pero aclaró que “no lo veo para nada” como parte de un grupo narco.

"Él contó también que intercambió mails con una persona de apellido Martins, que sería portugués, y que le propuso dedicarse al comercio de granos de Argentina al resto del mundo, pero lo vio una vez y finalmente todo quedó en la nada", afirmó el abogado.

Durante la indagatoria, a Zilli le mencionaron una lista de 30 personas que son parte de la banda, pero él sólo reconoció a su socio, su empleado y al tal Martins.

Según Alcacer, Zilli "es un oncólogo que se dedica al tratamiento de enfermos terminales de cáncer y que ha sido de gran ayuda para muchos pacientes en la ciudad".

Respecto de las sustancias secuestradas en el domicilio del médico, el abogado dijo que no está probado que se trate de cocaína. Zilli explicó que se trata de medicamentos que utiliza para tratar el dolor de sus pacientes, como metadona y morfina. "No tenía una cocina de cocaína ni para pacientes ni para traficar al exterior", remarcó el defensor.

En el operativo realizado el fin de semana en el barrio de Arroyito, los investigadores secuestraron un revólver calibre 32 y una carabina calibre 22, así como documentación, computadoras y un teléfono celular.

(Télam)