El rosarino Diego Giordano y el libro que enfoca una obra mayor de Soda Stereo
El periodista rosarino Diego Giordano publicó Uniendo fisuras, libro que propone un recorrido por el tercer álbum de estudio de Soda Stereo, Signos (1986), que marcó un antes y un después en la carrera de la banda porque, según indicó su autor, "refleja el salto evolutivo más notorio de Gustavo Cerati como compositor".
A partir de un trabajo de investigación y rescatando la experiencia que tuvieron los músicos que participaron de Signos, entre los que están Richard Coleman, Fabián "Zorrito" Von Quintiero o de Adrián Taverna -sonidista que acompañó toda la vida a Gustavo Cerati desde las consolas- Giordano (1974) dimensiona este disco del grupo y fundamenta las razones que lo llevaron a erigirse en el más importante de la carrera del grupo.
"Signos terminó con los prejuicios que rodeaban a Soda, la creencia de que era nada más que un grupo de moda. Y, no menos importante, con Signos comienza el proceso que llevó al trío -integrado por Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti- a la cima del rock latinoamericano", expresó a la agencia Télam el cronista que, en su faz de músico y baterista, integró la banda Mortadela Rancia.
Recuerdos, curiosidades e imágenes aparecen en Uniendo... para pintar una época que marca el florecimiento de la democracia y el recambio generacional que se dio en el rock argentino a partir del fin de la dictadura militar.
En el libro también pueden encontrarse datos poco conocidos como que Cerati había compuesto las canciones de Signos en solitario, y que "los conflictos dentro del grupo por los derechos autorales alcanzaron en ese período un punto de no retorno", dato que sorprendió al mismo escritor a medida que avanzaba la investigación.
La historia del trío en el under porteño y su salto a la masividad a mediados de los '80 aparece en el prólogo de Fernando Samalea, músico y colaborador de Soda. Las voces de periodistas como Pablo Schanton o Eduardo Berti se suman a este análisis.
La idea de que la imagen de un grupo era determinante en la recepción de su propuesta musical, también está presente. "Soda Stereo es un grupo que no puede apartarse del video ni de la imagen porque así fue concebido y de esa manera se expresa", le explicó Cerati a Berti en una charla que rescata Uniendo....
Giordano le dedica un capítulo a las ocho canciones que integran Signos -piezas clásicas desde de su estreno-, en sus lado A y B, y repasa minuciosamente canción por canción, enfocado en sus estructuras, sus letras, sus invitados y en la búsqueda de un sonido.
—¿Sentís que de algún modo el libro pone en valor un disco que no fue tan elogiado como Canción Animal y Dynamo?
—Canción Animal y Dynamo siempre figuran en las encuestas como los mejores discos de Soda, y no está mal que así sea. Pero creo que Signos es el disco más importante en la carrera del grupo por varios motivos. El primero de ellos, porque refleja el salto evolutivo más notorio en la carrera de Cerati como compositor. Las canciones de Signos presentan una concepción dinámica más elaborada desde el punto de vista formal y, lo más importante, son las primeras en las que aparece lo que podríamos llamar la "fórmula" de los éxitos futuros: la síntesis de melancolía y heroísmo que distingue canciones como En la ciudad de la furia y De música ligera, aparece bocetada por primera vez en este disco.
—¿Cómo fue el proceso de trabajo del libro? ¿Fue difícil encontrar el concepto y hacer un recorte después de haber realizado 27 entrevistas?
—Armé el índice antes de arrancar con el proceso de investigación porque desde el comienzo tuve en claro el libro que quería, ya sabía cuáles eran los temas que debía abordar. La investigación fue en paralelo con la escritura, y todo el asunto me llevó un año, aproximadamente. Pasé muchas horas en la hemeroteca para recuperar, a través de los diarios, el clima que se vivía en el país a mediados de los años '80. Todo el asunto fue como un viaje a los primeros días de mi adolescencia: Volví a escuchar los discos que escuchaba cuando estaba empezando el secundario, y leí de nuevo las revistas de rock que leía por entonces. También realicé muchas entrevistas porque no quería ser el único narrador de la historia, me interesaba incluir las voces de las personas que estuvieron involucradas en aquel período de Soda.
—¿Qué significado tuvo en tu vida este disco? ¿Marcó un momento especial en lo personal?
—Signos, junto con Ciudad de pobres corazones, de Fito Páez, y Piano Bar, de Charly García, son muy importantes para mí. Lo mismo que Consumación o consumo, el primer álbum de Fricción. Esos discos fueron la banda sonora de mi entrada en la adolescencia y, tanto la música como las letras de todas aquellas canciones, me acompañarán para siempre.
—¿Se puede decir que, de alguna manera, Uniendo fisuras refleja cómo la política atraviesa la vida de las personas?
—En determinado pasaje del libro me detengo en la manera en que canciones de grupos como Metrópoli o Instrucción Cívica metabolizaron la herencia nefasta de la dictadura. Pero Gustavo Cerati, y de eso también hablo en el libro, siempre fue muy claro: Nunca le interesó usar sus composiciones para enviar un mensaje político.
Télam