No se trató de una carrera competitiva sino de un trote urbano. La propuesta de “ReCorré UNR” era precisamente unir a trote varios edificios históricos de la Universidad, ingresando a los mismos, para lo que estaba previsto un trote de 7,5 kilómetros, y una correcaminata de 1,5 kilómetros. 

En diálogo con Rosario Plus, el rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci resumió que “es una experiencia innovadora porque tiene que ver con recorrer la ciudad desde un lugar distinto pensando la actividad deportiva, recreativa, el turismo, la historia de la ciudad”. “Creo que volver a Rosario tiene que ver con esto también, con apropiarnos del espacio público, disfrutar lo que tenemos, que es una ciudad maravillosa, y en particular los edificios de nuestra Universidad que son extraordinarios, así que el año que viene lo vamos a volver a hacer sumando algunos edificios más”, anticipó. 

El rector de la UNR se calzó los cortos y fue un participante más de la prueba y se animó a los 7,5 km. “La verdad que hice la experiencia para divertirme, para acompañar la propuesta de nuestra Universidad. No lo hago con frecuencia, así que llegamos con poco aire, pero llegamos bien”, aseguró.

Franco Bartolacci, rector de la UNR, en modo "aerobic".

Bartolacci afirmó que tomaron la idea de una prueba similar en París donde “abundan los edificios históricos. Pero acá tenemos cosas extraordinarias. La ciudad es maravillosa, tiene edificios que son obras de arte, muchos de ellos en patrimonio de nuestra Universidad. Yo creo que eso hay que abrirlo, ponerlo a disposición de la gente que lo recorra y lo disfrute”.

Por su parte, Sebastian Palomeque, director del área de Educación Física de la UNR aseguró: “La evaluación la hacemos en esta primera instancia en base a la cara de la gente que va llegando. Vemos caras de contentos. Cansados pero contentos. Así que en principio esa es la primera impresión que tenemos”. 

“La pandemia fue un poco madre de esta carrera, porque como la carrera tradicional necesita mucha anticipación previa para ir cerrando muchas cosas: pedir permisos, contratar las cuestiones de limpieza, el vallado, y como no sabíamos cuándo iba a ser posible hacerla no podíamos tener todo organizado de antemano. Como sí queríamos hacer algo, nos parecía empezar una mixtura y se nos fue ocurriendo la idea”, explicó Palomeque.

Desde adentro

Rosario Plus recorrió a trote los 7,5 km propuestos para tomar el pulso de la actividad. Los corredores y corredoras largaron literalmente detrás del portón de la Facultad de Ciencias Económicas en Oroño y 3 de Febrero, el edificio de la vieja Escuela Superior de Comercio, construido a principios del siglo XX. Entre los participantes de las dos distancias había más de 400 personas.

Sin bien no había cortes de tránsito específicamente para la actividad, buena parte del recorrido era sobre la Calle Recreativa, y algo también sobre peatonal Córdoba.  Voluntarios de la carrera estaban desplegados por el circuito orientando a los participantes. El primer tramo fue sobre calle Oroño hasta la Av. de la Costa y desde ahí hacia el sur. Pasados 4km del recorrido estaba la primera estación: la Antigua Aduana. En la puerta, hidratación. Los corredores cruzaron el edificio, entrando por la puerta principal, subiendo las escaleras adentro y saliendo por calle Urquiza por la puerta giratoria.

Siguiendo por avenida Belgrano, al llegar al Monumento Nacional a la Bandera los corredores tomaron por calle Córdoba en la pronunciada subida de la calle lateral. El siguiente punto fue el Espacio Cultural Universitario, al llegar a calle San Martín. En este edificio tiene casi 100 años de antigüedad funcionó el Banco de la Nación Argentina.

El siguiente punto fue la Facultad de Humanidades y Artes. El edificio de Entre Ríos 758 se levantó en 1903, y formó parte del Colegio de la Santa Unión de los Sagrados Corazones. Hace un mes se inauguró la remodelación de la fachada, que resulta imponente. 

Siguiendo por Córdoba, en la intersección con calle Italia, se encontraba el Rectorado de la UNR. La historia dice que la construcción fue proyectada originalmente como residencia familiar de Luis Pinasco en 1929, quienes luego le cedieron el edificio a la Universidad para el establecimiento de sus autoridades. Es quizás el espacio que más sorprende porque incluso los estudiantes de la UNR conocen algunas de las facultades pero no el Rectorado por dentro.

En todo momento el recorrido fue fluido. Es decir, se ingresaba a trote a los edificios históricos, estaba establecido un recorrido interno bajando el ritmo o caminando en algunos casos. Si bien muchos corredores se detenían para admirar la arquitectura del lugar o las obras en exposición, en general estaba armado para que los participantes circulen por los distintos espacios. 

La meta al alcanzar los 7 kilómetros y medio estaba en la Facultad de Derecho, en Córdoba y Moreno. En el patio de este edificio de fines del siglo XIX se ofrecía hidratación para los corredores, música, y un espacio para compartir y elongar.