Brasil-Argentina, en el encuentro correspondiente a la sexta fecha de las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026, debía comenzar 21:30 de nuestro país; sin embargo el inicio se vio demorado por inconvenientes generados en las tribunas del estadio donde los hinchas argentinos estaban mezclados con los simpatizantes locales. 

La policía agredió de manera brutal a los argentinos y debieron intervenir los jugadores albicelestes para intentar detener el accionar de las fuerzas brasileñas.

El capitán argentino, Lionel Messi, indicó a sus compañeros que se retirasen hacia los vestuarios hasta aguardar que se calme la situación. Luego de varios minutos con los árbitros en el campo de juego y previa conversación con el presidente de la A.F.A, Claudio Tapia, los futbolistas argentinos retornaron al campo para iniciar el cotejo con media hora de retraso según lo estipulado inicialmente.

Es el segundo episodio en pocas semanas que involucra a simpatizantes y policía brasileña, ya que se habían registrado múltiples inconvenientes en la previa de la final de la Copa Libertadores que disputaron Fluminense y Boca.