Cuando hay 21 personas mirando hacia un lado, hay uno que está mirando hacia otro, hay uno que sale del tumulto, uno que es particular, distinto. Una vez a Pep Guardiola le preguntaron por qué Lionel Messi caminaba en la cancha, y dijo: “Él te está observando. No corre, camina, pero te está mirando. Mira para todos lados, huele los puntos débiles de la defensa. Después de cinco minutos, ya tiene el mapa, en los ojos, en el cerebro; sabe exactamente cuál es el panorama. Es como sobrevivir en la jungla. Encuentra donde hay más espacio, y te ataca”. El mejor, hablando del mejor.

Roger Federer, Tiger Woods, Michael Jordan, Usain Bolt, Maradona, Pelé. Todos quedarán en la historia. Marcaron una época, se llevaron al mundo por delante y llegaron a la cima. Pero ¿quince años dominando un deporte? ¿Quince años rozando la perfección cada tres días? Solo al alcance de uno, de un genio, de un rosarino de 1.69, que patea al arco y juega a la pelota.

El escritor Hernán Casciari dice: “Hay que tener mucha suerte para que te guste mucho un deporte y ser contemporáneo de su mejor versión”. Entonces qué suerte la nuestra. Quince años siendo el número uno en un deporte en equipo, quince años ocupando ese trono. No existe la sensatez, no traten de entenderlo, dejen de quemarse la cabeza, es uno, en millones de años. Y es que sobran palabras, cuando lo que querés describir es simplemente extraordinario.

En un futuro, mi hijo, como yo lo hice con mi viejo hablando del Diego, me dirá “mostrame videos de Messi, ¿tan bueno era?”. Arrancaré con el primer gol, el 1 de mayo de 2005. Pase de Ronaldinho, vaselina de potrero. Me iré a 2007, cuando limpio a cinco y se metió abajo del arco, o cuando bailó al Real Madrid con 19 años. 2011, su show más recordado en el Bernabéu, cuando Busquets le dijo “tomá y hacelo”. Cuatro años después, se coronaba con la Copa del Rey, esquivando cuatro patadas a matar y definiendo fuerte al primer palo. También le puedo mostrar el gol a Irán en 2014, los tres a Ecuador en 2018 para meternos al mundial, o el 2019, vapuleando solo a un Liverpool lleno de figuras. Mi hijo poco entenderá. Poco entenderá cuando vea la reacción de sus compañeros en sus goles, poco entenderá cuando le explique que de chiquito no podía crecer, y que de grande se convirtió en el mejor de todos los tiempos.

¿Cómo se describe a alguien que hace rutina lo extraordinario? ¿Cómo se describe a alguien que no respeta ni la física ni la ciencia? Estamos ante un genio, una persona única, un futbolista total.

Treinta y cuatro años cumplió Messi. Treinta y cuatro años cumplió el único futbolista que domina el deporte en todos sus aspectos, ya que no solo domina el fútbol con la pelota, sino que lo domina sin ella, cuando camina, y cuando “mira para todos lados”. Este sábado volverá a salir a la cancha, ojalá, para empezar a regalarse una copa con la albiceleste.