San Lorenzo terminó su participación en el Mundial de Clubes FIFA 2014 con decoro en materia de resultados pero con un alto déficit de funcionamiento colectivo e individual, prolongado como una variable sin detenimiento desde los días posteriores a la conquista de la Copa Libertadores.

En resumen, logró con angustia el objetivo mínimo de clasificarse a la final y evitó la "catástrofe" futbolística ante Real Madrid de España, un adversario superior desde todo análisis.

Cierto es que pocos equipos en el mundo son capaces de doblegar al equipo español que dirige Carlo Ancelotti, pero San Lorenzo lejos estuvo de oponerle una resistencia acorde a la que supone el choque de dos campeones continentales.

Desde la gloriosa noche del 13 de agosto, cuando el equipo venció a Nacional de Paraguay en el Nuevo Gasómetro, el derrotero a Marruecos estuvo plagado de dificultades, vacilaciones y malos resultados, que erosionaron su imagen de campeón.

El DT Edgardo Bauza tuvo problemas para rearmar el equipo tras la anemia ofensiva sufrida por las salidas de Ignacio Piatti y Ángel Correa.

Hasta que se decidió por un esquema y una base de jugadores, en la 14ta. fecha del campeonato local tras ganarle a Boca Juniors, el equipo perdió el nivel de sus principales individualidades.

Además, Martín Cauteruccio y Gonzalo Verón no volvieron en el nivel anterior luego de superar lesiones ligamentarias de rodilla y a Pablo Barrientos le costó más de medio torneo adquirir ritmo de competencia para ganarse un lugar entre los titulares.

Para peor, Leandro Romagnoli, el alma futbolística de San Lorenzo, quedó inactivo desde el 27 de octubre por una luxación de codo, que recién le permitió retornar como relevo en el Mundial de Clubes.

Dos victorias ante Estudiantes de La Plata (4-0) y Vélez Sarsfield (2-0) en el final del campeonato generaron esperanza para viajar al continente africano, donde el equipo asumió con realismo el dolor de ya no ser.

Con jugadores diezmados físicamente, como "Pipi" Romagnoli, Néstor Ortigoza, Mario Yepes y Mauro Cetto, y sin variantes futbolísticas, al equipo le demandó un gran esfuerzo eliminar al semiprofesional Auckland City de Nueva Zelanda en semifinales.

De todos modos, la preocupación quedó disimulada por la alegría de acceder a la soñada final en la que nada pudo hacer frente a un soberbio rival como Real Madrid.

San Lorenzo sólo supo jugarle al conjunto español mientras el marcador estuvo en cero, hasta los 36 minutos del primer tiempo. Desde entonces, se encomendó a la decorosa tarea de evitar la goleada, con una presentación digna, pero insuficiente para las esperanzas del pueblo "azulgrana".

El segundo puesto en Marruecos cerró un excelente año para San Lorenzo, pero la actuación del equipo dejó la insatisfacción de ni siquiera haber inquietado al Real, algo que sí logró el Cruz Azul de México pese al 4-0 sufrido en semifinales. Paradojas del fútbol.

San Lorenzo eligió cuidarse aún en desventaja para esquivar el cachetazo de una goleada en la final. Una postura razonable por la coyuntura de llegar con un cuadro devaluado ante un adversario en plenitud, obstinado en marcar récords.

Con la continuidad del "Patón" todavía indefinida, más allá del acuerdo de palabra para su renovación, el club de Boedo ya piensa en un 2015 de nuevos desafíos con Recopa Sudamericana ante River, Campeonato de Primera División, Copa Libertadores y Copa Argentina.

Algunos jugadores dejarán el plantel de San Lorenzo: ¿Walter Kannemann, Emmanuel Más, Nicolás Blandi, Juan Mercier? Pero, como siempre, nuevas expectativas pueden llegar: ¿Franco Mussis, Lucas Albertengo, Gabriel Hauche? Lo que es seguro es que lo prioritario será recuperar a los que permanezcan en Boedo.

(Telam)