¿A qué juegan los equipos de Paolo Montero?
Es la pregunta que por estos días se hacen todos los hinchas de Rosario Central. El entrenador uruguayo que eligió la dirigencia canalla encaja en el perfil “de moda”. Es joven, lo respalda una gran trayectoria como futbolista y sus primeros pasos con el buzo puesto han sido promisorios, pero poco conoce el simpatizante común sobre cómo prefiere jugar Paolo Montero.
“Maradona, y después son todos parecidos”, dijo el oriental en una de sus primeras conferencias de prensa apenas llegó a Colón de Santa Fe, club al que dirigió en las primeras 14 fechas del campeonato. La frase, que alguna vez disparó Carlos Timoteo Griguol, sirve para describir a Montero. Un DT que “te come la cabeza”, según dijeron algunos de sus dirigidos, con el fin de conseguir el mejor rendimiento individual y colectivo. Ya así puede vérselo en los entrenamientos, constantemente encima de cada detalle e intentando mantener a todos igualmente motivados.
Montero no tuvo problemas en modificar el dibujo del Sabalero cuando entendió que debía hacerlo. Para él, quizás más que la táctica, lo importante es el compromiso. Y la intensidad, sin dudas. Algo que Central tuvo por momentos con Coudet y que intentará no perder con el nuevo entrenador.
Frontal al declarar y férreo defensor del futbolista, Paolo Montero consiguió una buena cosecha de puntos con Colón, cuestión que se explica en parte en las grandes actuaciones del arquero Jorge Broun. “Fatura”, ex canalla, fue lo mejor de la última línea del Sabalero, que a lo largo de las 14 fechas cambió varias veces de nombres y esquema. De hecho, el DT utilizó línea de tres defensores en unos pocos compromisos, pero volvió a los cuatro en el fondo tras dos derrotas consecutivas. No es inusual ver a sus equipos achicar hacia adelante, recurso que tomó de César Menotti, su DT en Peñarol.
En Colón, Montero supo poblar la mitad de la cancha con futbolistas que no tienen problemas en rasparse las rodillas. Adrián Bastía (10 partidos), Gerónimo Poblete (14) y Fidencio Oviedo (11), fueron los abanderados de la recuperación en un mediocampo que generalmente tuvo cuatro o cinco hombres, todos comprometidos en recuperar la pelota cuando ésta era propiedad del rival.
Arriba le faltó poder de fuego. Al equipo santafesino que dirigió el ex Juventus le han faltado ideas, sobre todo en la transición ofensiva, y tal vez por eso Ismael Blanco, el centrodelantero que faltó en solamente un partido, marcó apenas tres goles. De hecho, Colón anotó apenas trece tantos en catorce fechas, es decir, menos de uno por juego.
¿Y qué hay de los pibes? ¿Tendrán lugar los juveniles “canallas” con Paolo Montero? Aunque su estancia en Santa Fe fue breve, el DT hizo debutar a Juan Francisco Bauza (20 años) y le dio continuidad a los jóvenes Tomás Sandoval (17) y Nicolás Leguizamón (21).