Federico Falco: el tiempo como un ordenador para dejar que todo pase
El escritor analizó en Sí 98.9 su última novela “Los llanos”, donde el tiempo gana otra dimensión y la soledad se convierte en un esquema de vida. Todo está en el mismo lugar, en la mansa vida campestre.
Federico Falco es un escritor cordobés que desde hace algunos años vive en la ciudad de Buenos Aires. Es allí donde coordina diversos talleres de escritura. Por su forma de escribir se ganó un lugar entre los escritores argentinos jóvenes con mayor proyección. Los llanos es su última novela, publicada en noviembre de 2020, y fue finalista del 38° Premio Herralde de Novela y que ya va por su quinta edición.
Su libro comienza con una historia sobre los contrastes entre el campo y la ciudad. Es ahí donde entra en juego la visión del tiempo y su valor, cuánto sentido tiene en la urbanidad y de qué forma se reconfigura en la ruralidad, donde los espacios son más extensos y el paso del tiempo de alguna forma se estira más.
La génesis de la novela es la vida de un escritor con residencia compartida en Buenos Aires, el narrador de la historia, rompe el vínculo amoroso con su novio y como terapia alternativa decide alquilar una casa en pleno campo. La idea es encontrar armonía a través de los trabajos que implican la planificación y el cuidado artesanal de una huerta.
Necesita olvidar y volver a conectarse con su escritura y sus pendientes. La vida en el campo no le resulta ajena, ya que antes de instalarse en la gran cuidad había transitado la mitad de su vida en el interior. Su nuevo círculo social se ajusta a dos o tres vecinos y lo completa el almacenero del lugar.
En tiempos donde la pandemia nos puso en modo avión, durante meses metidos en nuestras casas si nada más que hacer que dejar pasar el tiempo hasta que todo fragüe, esta novel nos pone en reflexión ante el contexto de soledad en el aislamiento, donde se sumerge al protagonista en un letargo introspectivo, donde su mente disfruta de recuerdos familiares añejos que alimentan una sincronización filosófica.
“Me interesaba mucho escribir sobre el paso del tiempo y como dejarlo por escrito, ponerlo en el papel, pero también escribir sobre qué hacer con el tiempo cuando hay que esperar que pase. Hay cosas que tienen una duración en particular y a eso hay que darle su propio ritmo y dejarlo que trabaje por sí mismo y en literatura eso es extraño porque estamos acostumbrados a que todo lo que pasa es importante”, reflexionó en una charla con Leo Ricciardino al aire de Si 989.
Fundamentalmente, dijo que escribe sobre cosas que conoce o que de alguna manera lo travesaron en su vida. En el caso de la huerta, muy bien descripta en la novela, afirmó que es algo que practica desde hace tiempo y de lo cual tiene muchos conocimientos adquiridos. “La huerta es algo que siempre estuvo ahí, además me pareció una buena metáfora para narrar los procesos de duelo, después de una ruptura, que son procesos que no se pueden acelerar”, expresó.
En otro momento de la entrevista hizo referencia a su buen momento literario, teniendo en cuenta la expectativa que generó la salida de esta, su primera novela, ya que Falco se había ganado un lugar en la literatura argentina como escritor de cuentos. Dijo que esta novela le salió sin esforzarse mucho, cosa que no lo sucedió en otro momento de su carrera.
“Pensé que la forma de novela era algo que no tenía que ver conmigo y de pronto apareció esto que no tenía muchas expectativas de lo que iba a pasar, pensaba que era una historia muy simple, sobre un personaje al que no le suceden muchas cosas”, adujo sobre su trabajo que, entre otras cosas, reflexiona sobre el paisaje de la llanura.
Aquí el audio de la nota completa.