Por octava vez el proyecto de ley nacional de danza entró a Diputados de la Nación. Establece que “la danza, en sus diversos géneros y manifestaciones, por su valor social y por constituir un factor esencial en el desarrollo de la cultura al ser creadora de valor simbólico, será objeto de promoción, estímulo y apoyo del Estado”, y busca el reconocimiento del impacto económico de la actividad, la creación de un ente autárquico que proteja y fomente el desarrollo del arte coreográfico en todo el territorio nacional.

Esta propuesta, impulsada por el Movimiento por la Ley Nacional de Danza junto a cientos de organizaciones del sector, cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación y es presentado por los diputados nacionales Marisa Uceda, Jimena López, Lía Caliva, Alejandro “Topo” Rodríguez, Gabriela Estévez, Carolina Moisés, Carolina Gaillard, Estela Neder, Rosana Bertone, Paula Penacca, Leonardo Grosso, Pablo Carro, Leila Chaher, Paola Vessvessian, Emiliano Estrada, Itai Hagman, Pamela Calletti, Natalia Souto, Juan Carlos Alderete, y adherentes.

En diálogo con Rosarioplus.com la bailarina de tango y parte del Movimiento Federal de Danza, María Muñoz, detalló las particularidades del proyecto, su impronta federal, el impacto que persigue en la danza, la importancia y necesidad del mismo y cómo afectará su sanción a los trabajadores de la danza a nivel nacional.

"El proyecto ha ingresado al recinto ya varias veces y luego pierde estado parlamentario porque no hay interés político, más que del sector político desde el cual lo presentamos que es el Frente De Todos y parte de la izquierda, para tratarlo y para pensar realmente en las implicancias de la danza como trasmisión y producción cultural", detalló. 

En este sentido afirmó que "el sector de la danza es uno de los sectores más precarizados de la cultura, porque no se cuenta con un instituto nacional que contemple esta práctica. Siempre como bailarines hemos sido absorbidos por otros institutos, como el INCA o el INTI. Por eso esta ley busca la creación del Instituto Nacional de Danza que proteja y fomente el desarrollo del arte coreográfico en todo el territorio nacional". 

"Lo que es necesario destacar es que no puede existir una industria cultural, sin derechos laborales. Si pensamos efectivamente en un desarrollo cultural, la cultura como un capital de sentido a promover, eso no puede ser a costa del desconocimiento de quienes ponen el cuerpo, de manera literal, en esto", expresó. 

Si bien el reclamo es histórico por parte de los trabajadores de la danza, es a partir de la pandemia, en el marco de mucha vulnerabilidad de los bailarines que se empieza con un proceso de organización a nivel nacional. "A partir de la pandemia empezamos a pensarnos de menara colectiva y apareció la pregunta sobre cuántos bailarines éramos a nivel nacional. Así que desde distintos colectivos de bailarines se empezó a realizar un registro y a abrir un debate sobre cómo entendemos la danza, qué es la danza y quienes son sus trabajadores", sumó.

Se espera que esta vez el proyecto finalmente sea tratado y los trabajadores de la danza cuentes con su propio instituto autárquico que los provea de fondos para el fomento, promoción y divulgación de esta práctica artística.