Un párroco usaba el dinero de los fieles para organizar orgías con drogas
Detuvieron al religioso al quedar en el epicentro de una investigación sobre narcotráfico. El cura, de 40 años, compraba en Países Bajos cocaína y un narcótico que introducía en Italia. Además, se revelaron las fiestas sexuales que organizaba vía internet.
En Italia detuvieron a un sacerdote que presuntamente organizaba orgías sexuales con drogas compradas con las donaciones de los feligreses. El cura de la iglesia de la Anunciación de Prato, Francesco Spagnesi, de 40 años, está acusado de venta e importación de sustancias estupefacientes, según informó el diario Corriere della sera. Ahora se encuentra en arresto domiciliario, luego de que la jueza del caso aceptara la solicitud de medida cautelar presentada por el fiscal.
Según las informaciones de este medio, el párroco era el encargado de introducir la droga en el país. Compraba cocaína y el narcótico GBL, conocida como droga de la violación, en los Países Bajos. Estas eran utilizadas en las orgías de más de 200 personas que organizaba a través de internet.
Concretamente, a lo largo del tiempo el religioso había importado cantidades de GBL de entre medio litro y un litro a la vez. Lo hizo junto a un cómplice, de quien se detectó su actividad delictiva y fue detenido a finales de agosto. A raíz de la detención, la investigación los llevó hacia al párroco. Las fiestas se celebraban en casa de otro sospechoso, también en arresto domiciliario.
En el teléfono del cura se encontró una decena de contactos de participantes en los encuentros, por lo que la policía considera que hay "huellas evidentes de la actividad ilícita del hombre".
Francesco Spagnesi había dejado a petición suya la dirección de la parroquia de la Anunciación y la pastoral de la Archicofradía de la Misericordia de Prato hacia dos semanas. Se le concedió por parte del obispo Giovanni Nerbini "poder vivir un año sabático por motivos de salud".
La parroquia donde oficiaba misa el religioso detenido.
Con la plata del Señor
Según las investigaciones, la droga se pagaría con el dinero que daban los feligreses para la parroquia y se destinaría a personas contactadas a través de sitios de citas sexuales. Según los fiscales, las investigaciones de tras años apuntan a que el párroco habría invitado a feligreses y conocidos a ocuparse de obras de caridad.
Por el dinero robado a la diócesis, que podría constituir un delito de malversación, el fiscal está esperando recibir alguna denuncia de parte.