Las paredes de la ciudad son un eterno territorio en disputa. Desde graffitis con mucho talento artístico, publicidades de tamaño monstruo, las interminables peleas entre los colores azul y amarillo con el rojo y el negro, hasta las insufribles campañas políticas que todo lo cubren de rostros sonrientes. Pero, en medio de esa postal clásica de las calles rosarinas, aparecieron unos pequeños afiches coloridos con frases buena onda que rápidamente llamaron la atención de todos. "Sea feliz, no joda al prójimo" o "prohibido ser tibio" fueron los mensajes que pudieron leerse desparramados por el centro rosarino.Detrás de esos carteles de colores desgastados, que remiten a los viejos y queridos boletos de colectivo, está Tano Verón, un diseñador gráfico porteño, egresado de la UBA, que aunque vive y trabaja en Buenos Aires, tiene "el placer de viajar contando un poco sobre mi trabajo". Así fue que el pasado 27 de mayo apareció por Rosario para brindar, primero,  un workshop en el Rosario Design y, luego, una charla en La Siberia, en la Universidad Nacional de Rosario.

Además de ser diseñador, Tano se dedica al street art, principalmente al paste up, que es la técnica de pegado de papeles en las paredes. "Como sabía que me iba a quedar varios días en Rosario, siempre viajo con mis pósters letterpress, para poder dejar mis mensajes en las paredes", cuenta a Rosarioplus.com. "Aprovechando mi estadía en Rosario, no lo dudé un segundo y el sábado por la tarde, con llovizna de por medio, salí por el centro a esparcir mis pensamientos", agrega.

Tano ya realizó esta movida en otras ciudades a las que viajó por razones de trabajo: Capital, Mercedes, San Miguel, y en agosto viaja a Bolivia, "así que irán en el avión conmigo para llevar frases for export". Su experiencia en Rosario es recordada con cariño. "Realmente es una ciudad hermosa, llena de paredes “en silencio” que fueron ideales para mis pósters", asegura.

Hay 27 pósters de Tano Verón repartidos por las paredes rosarinas. "Por suerte la gente los va encontrando", apunta el diseñador. Y cuando los encuentran, pasa algo que para Tano es "muy loco". "La gente cuando los ve, me envía mails o mensajes privados, o me arroba en Instagram contándome que encontraron mi arte y que por suerte siempre les saca una sonrisa o los hace romper por unos minutos con la rutina de la ciudad y se toman el trabajo de contármelo", señala sorprendido y añade: "Realmente me encanta que esto pase. Se genera un dialogo muy sincero y verdadero con el arte como canal. Me encanta que me envíen sus encuadres y sus apreciaciones de mis frases".

Esas frases, describe el propio artista, "muchas veces tienen un gran porcentaje de vox populi argento, que trato de sintetizarlo en un mensaje claro y conciso, logrando así que el que se enfrente en la calle con uno de ellos tenga en una rápida mirada del póster, una lectura clara de lo que quiero decir". "Es el lenguaje argento, la sencillez de lo cotidiano y el ámbito sorpresivo, ya que están en la calle y a simple vista podrían confundirse con una afiche bailantero, pero al descubrir que en ese soporte se encuentra otro mensaje, es donde radica la efectividad de la obra, la calle es de todos, y mi arte también", cierra.