Una idea sobre la fantasía sexual favorita de las mujeres
Todo es relativo, y los ratones varían según cada caso y lugar, pero algunos patrones comunes debe haber. Y eso es lo que fueron a buscar unos científicos canadienses. Traducido a estas pampas, podría decirse que la mitad de las mujeres coincide en fantasear con entregarse al sometimiento de una pareja dominante. Eso, porque el cuestionario que ofrecía el test citaba tres novelas eróticas que integran una saga de reciente publicación, lo que implica cierto conocimiento literario en las encuestadas, y eso -obviamente- reduce ampliamente el universo de la muestra. Y no deja de ser, quizás, una publiciad encubierta de la editorial de marras. Pero, en fin, todo vale si ayuda a despejar esta gran duda. Lo publicó la revista Muy interesante, y esto es lo que concluyen.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Montreal (Canadá) ha querido averiguar cuál es la fantasía sexual que más se repite por parte de las féminas. Las conclusiones del estudio han sido publicadas en la revista The Journal of Sexual Medicine.
Para ello, contaron con la participación de 1.500 personas, quienes tuvieron que rellenar un cuestionario acerca de sus predilecciones en temática sexual. La comparación de los datos dio como resultado que entre el 50 y 60% de las encuestadas estaban de acuerdo en que su fantasía sexual favorita sería recrear la historia de la famosa trilogía de literatura erótica “50 Sombras de Grey”, esto es, un escenario en el que eran en cierto modo empujadas a someterse a una pareja sexual: convertirse en una sumisa como Anastasia Steele con el Sr. Grey.
“Las personas que tienen fantasías de sumisión también muestran a menudo deseos de dominación. Estos dos temas, por lo tanto, no son excluyentes, sino todo lo contrario”, explicó Christian Joyal, líder del estudio.
Las fantasías sobre sadomasoquismo son muy comunes tanto entre hombres como entre mujeres, e históricamente han sido denominadas como conductas sexuales “desviadas”. De cualquier forma, lo importante en este aspecto, subrayan los autores, es que si el acto sexual es violento por naturaleza pero no ha sido consentido por alguna de las partes implicadas, no solo es una señal de comportamiento psicopatológico, sino que también entraña la comisión de un delito.