Hace muchos años que el grupo de Neurobiología Molecular del Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires (IBioBA, CONICET-MPSP) apunta a desentrañar las bases neurobiológicas de trastornos de conducta relacionados al estrés como la ansiedad y la depresión. Tras años de estudio lograron identificar una molécula que sería la responsable de regular la respuesta al stres.

Una entrevista de trabajo, un examen, una charla en público, o simplemente los pensamientos cotidianos, pueden provocar ansiedad: una emoción normal de intranquilidad o agitación que se desencadena de manera anticipatoria para hacer frente a estímulos estresantes. La ansiedad implica la expectativa de una potencial amenaza futura y pone en marcha la adopción de cambios fisiológicos que adaptarán el cuerpo para enfrentarse a esa amenaza.

El trabajo de investigación publicado esta semana en Science Advances, en el que se logró caracterizar funcionalmente un subtipo específico de ARN denominado “circular” que es especialmente abundante en neuronas y que está presente en las sinapsis neuronales: circTulp4, una molécula que era prácticamente desconocida y de la que a partir de este trabajo se sabe que funciona como un promotor de la neurotransmisión sináptica, es decir la base de la comunicación entre neuronas.

Los estudios iniciales se realizaron en cultivos neuronales, pero para comprender cuál podría ser la relevancia de este ARN circular sobre la conducta, el grupo empleó la técnica de edición génica llamada CRISPR-Cas9 para modificar el genoma de un ratón de modo de eliminar la presencia de circTulp4 de su cerebro. Al estudiar la conducta de estos ratones, observaron que la ausencia de circTulp4 aumentó la sensibilidad a los estímulos aversivos o estresantes, lo que sugiere que esta molécula juega un papel inhibitorio sobre los circuitos que controlan la respuesta al estrés.

“Cuando hablamos de sensibilidad a estímulos aversivos, nos referimos a cuán fácilmente una persona o un organismo puede sentir o percibir eventos o situaciones desagradables, dolorosas o simplemente amenazantes. Hay moléculas que regulan los circuitos cerebrales de sensado para detectar este tipo de señales potencialmente dañinas o peligrosas”, explica Sebastián Giusti, investigador del CONICET en el IBioBA y primer autor del paper. 

CircTulp4 regula los circuitos que sintonizan la respuesta con la intensidad del estímulo ambiental: “Hay estímulos que se vuelven potencialmente peligrosos, por eso es adaptativo en los animales implementar conductas de respuesta al estrés cuando la intensidad de esos estímulos ha superado determinado umbral; por el contrario, no es adaptativo reaccionar cuando están por debajo de ese umbral”, agrega. Cabe destacar que alteraciones crónicas en estos mecanismos de control de estrés suelen estar presentes o preceder al inicio de enfermedades psiquiátricas como depresión o ansiedad.

(Comunicación CONICET)