Jardines maternales gremiales, una respuesta paliativa a la ausencia del Estado
La educación inicial se torna necesaria para el desarrollo infantil. En este contexto de cuidados intervienen otros actores acompañando a las familias, sindicatos y asociaciones de profesionales suman con propuestas de jardines maternales: ¿qué papel juegan estas instituciones?
La alimentación, los cuidados y la educación que reciben niñas y niños durante la primera infancia son primordiales para su posterior desarrollo. Tanto es así que especialistas en educación destacan que para mejorar los resultados en el secundario y la universidad es necesario fortalecer el nivel inicial. La estructura y organización actual del nivel inicial es reciente ya que fue con la Ley de Educación Nacional N° 26.206, sancionada en 2006, que se reconoció a la educación inicial como una unidad pedagógica desde los 45 días a los 5 años inclusive, conformada por el jardín maternal y el jardín de infantes.
En este variopinto donde el Estado se muestra ausente, intervienen fuerte en la primera infancia los sectores privados y también juegan su papel las asociaciones profesionales y sindicales con propuestas para sus afiliados. Soledad López, doctora en Ciencias de la Educación, especializada en formación docente en nivel inicial, señala a Rosarioplus.com que si bien el trabajo de gremios y privados es válido quien debe garantizar este derecho es el Estado y más allá de que existe una ley, esta no se cumple.
Según la especialista “hay una escasa participación del Estado en salas maternales, mientras que si existen en un alto porcentaje salas de 4 y 5. Remarca que el problema no es la proliferación de jardines privados, es el Estado incumpliendo su función. “Las instituciones de este tipo se cubren con la cuota sindical que uno paga por eso es difícil de sostener en el tiempo semejante estructura, es allí que algunos gremios comparten estos costos con obra social o se les paga un subsidio a los afiliados, pero son todas cuestiones paliativas que han buscado distintos sectores sociales para cubrir la no garantía del derecho a la educación de 0 a 5 años, por eso no se debe responsabilizar a los gremios que no brindan esta contención, reitero el responsable es el Estado”.
Gremios y colegios de profesionales rosarinos trabajando con las primeras infancias
Osecac, obra social de los empleados de comercio, el Colegio de Abogados, el Poder Judicial y el Sindicato del Personal de Obras Sanitarias Rosario tienen jardines maternales para sus afiliados. En todos estos espacios la cuota es casi simbólica y diez veces inferior a lo que se pagaría en un jardín particular. Todas estas instituciones rigen bajo normas propias y auditadas por la municipalidad de Rosario sin injerencia del ministerio de Educación. Su personal, si bien es docente, se encuadra bajos los convenios de cada uno de estos gremios que prestan el servicio.
Graciela Tion como directora y Andrea Wuille Bille como coordinadora pedagógica, son las docentes responsables de los destinos del jardín Maternal de Osecac. Con 42 años de historia es una de las instituciones pioneras en brindar esta contención a las madres trabajadoras. El jardín, ubicado en Entre Ríos al 200, tiene dos plantas un gran patio y cocina propia con cocineros, mucamas y una nutricionista que sigue personalmente en plan alimentario de cada uno de los niños y niñas, además de dos docentes por cada sala, desde lactantes a sala de 4 que depende de la matricula que se tenga. Hoy la demanda no es tan alta y sus directivos sostienen que se debe a un cambio tras la pandemia. Entre todas las salas son 82 niños y niñas.
“En la década del '80 su función era de carácter asistencial”, narra Graciela. “Nosotros logramos cambiar esa caratula para que lo pedagógico sea lo más importante, nos costó muchos años, en el medio también hubo un cambio de la sociedad con respecto al lugar que ocupan estos espacios, pero no fue fácil, cambiar la óptica de que este lugar era la guardería”. El servicio a los afiliados está contemplando en el horario laboral de los trabajadores (7.30 a 18.00). “Primordialmente este jardín estuvo pensado en las madres que son las que suelen estar con sus hijos y a la vez tiene que salir a trabajar”, subraya la directora.
Las directivas aseguran que quienes pasaron por estas aulas coloridas, a las que los propios niños y niñas ponen el nombre, incluso con tantos años de servicio, las vueltas de la vida la ve recibiendo a sus alumnos como padres. Andrea cuenta que hace unas semanas llegó un papá ex alumno que encontró su foto sobre el pasillo del jardín, donde se conservan todas las imágenes de los egresados. Emocionado recordó sus años en estas salitas y no olvidó el pastel de papas que le servían en su primera infancia. “Fue tanta la felicidad de este chico que quiso quedarse a comer, justo y como una casualidad del destino había pastel de papas”.
Abogados y el jardín que lleva el nombre de un histórico dirigente
Carlos Martorana fue presidente del Colegio de Abogados. Uno de sus deseos era la apertura de un jardín maternal que ayudara con la contención de la familia judicial. El dirigente falleció en mayo 2018, lamentablemente no pudo ver su obra terminada, que fue inaugurada el 29 de agosto de ese año en el día del abogado. Antes de su muerte estuvo en todos los detalles del proyecto junto con Graciela “Pipi” Espuner, histórica docente que durante dos décadas llevó adelante los destinos del jardín de Osecac y encargada de darle vida a esta flamante institución.
Pipi es hoy la directora de este maternal ubicado en una casona a escasos metros de Tribunales, sobre calle Balcarce 1500. El espacio funciona por la mañana adecuándose a las necesidades de las y los letrados. Con 42 años de servicio y ya jubilada asegura que debería escribir un libro de sus vida y su paso por la docencia de la que no piensa retirarse. En su oficina recibe a este medio y narra su vivencia al frente de esta nueva experiencia que la tiene atrapada. “La verdad es que todos los gremios y colegios profesionales deberían tener jardines maternales para ayudar a los papas y mamás que trabajan, un lugar protegido con el fin de generarles facilidades para la crianza de sus hijos”, apunta.
Y asevera: “Pensamos desde el lugar de los padres y las madres que están dejando en nuestras manos lo que más quieren, desde tan pequeño porque aquí comienzan a los 4 meses. Todo pasa por cómo se trabaja con la familia, no es solo dejar a tu hijo o hija y listo, es trabajar con vos como familia y, en la medida que das eso y estás presente, los padres vuelven. Es muy difícil que cuando vos brindas afecto y cuidado del otro lado no recibas lo mismo. Por eso es que se teje una trama, el maternal tiene que dejar de ser un depósito o guardería como antes se lo llamaba”.
En esa misma tónica, y desde hace 32 años, los trabajadores judiciales cuentan con su jardín maternal en Pellegrini al 2500, que funciona al ritmo del Tribunal desde las 6.50 a las 13 de jardín maternal y se encuadra bajo la dirección del Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe. María Griselda Elcarte es hoy su directora quien sostiene que más allá de cumplir una funciona asistencial y social para el personal judicial, también el espacio responde a los requerimientos básicos de cada chico con la función prioritaria en la parte pedagógica.
Una característica es que muchos de los niños y niñas que pasan por el jardín sus padres suelen ser compañeros de trabajo, situación común, expone Griselda, que se da en las inscripciones ya que muchos se conocen de antemano. “Ellos nos manifiestan su alegría y nos agradecen por el trabajo que hacemos con sus hijos ya que acompañamos en la crianza, además es una situación muy especial con ellos, porque al ser nosotros agentes judiciales también son nuestros compañeros de trabajo”, agrega.
Obras sanitarias y un proyecto de jardín que se concreta tras varios años
En Obras Sanitarias Rosario están trabajando para dar vida el próximo años al jardín de Infantes Maternal, un proyecto que viene desde la década del 70 y que por distintas circunstancias no se pudo poner en práctica. El establecimiento estará emplazado en Brown al 1746, en un espacio físico propiedad del sindicato.