Vecinos de Recoleta quieren impedir que un obstetra atienda embarazadas
Hubo varios casos en que los propietarios o inquilinos que comparten edificio con un médico, terminan señalando al profesional en actitudes casi discriminatorias. En pos de preservar la prevención, acuden al hostigamiento y a las advertencias legales en caso que el profesional, expuesto al coronavirus por su labor diaria, no tome las medidas necesarias.
Eso le pasó a Leandro Goñi, un obstetra que los miércoles es el jefe de guardia del Hospital General de Agudos Vélez Sarsfield y el resto de los días atiende embarazadas en un consultorio privado de Recoleta, donde ahora solo recibe a pacientes que estén a punto de parir. De ese modo, redujo al máximo la circulación de personas y evita que esas mujeres tengan que exponerse en un sanatorio.
Pero los vecinos de ese edificio lo amenazaron con hacerle una denuncia si continuaba recibiendo pacientes. En una carta que se hizo viral, Goñi denunció el accionar de sus vecinos, y lo calificó como "un acto de tremendo egoísmo".
"Estamos todos tirando para el mismo lado. Abandonar a una embarazada cuando está a punto de parir es lo mismo que dejar a un paciente enfermo, es una locura. Si los argentinos empezamos a pelearnos entre nosotros, esto no tiene sentido. Cuando leía las amenazas no lo podía creer", dijo el obstetra al diario La Nación.
El consultorio se encuentra en la planta baja. Para bajar todo riesgo y ser preventivo, dispuso que entre una paciente a la vez en el departamento, incluso al futuro padre no le permite entrar.
Pero los vecinos igualmente le mandaban mensajes a un grupo de Whatsapp. Como hay muchos abogados le decían que lo iban a denunciar. Ante esta situación, Goñi decidió escribir una carta donde describió la situación que atraviesa.
"Una vez más le estoy pidiendo a una futura mamá que su marido espere para conocer a su hijo porque no puede entrar. Le pido a esa madre que me entienda, que hago todo lo que puedo y encima tengo que lidiar con gente que lo único que quiere es que no trabaje más. Tengo la cabeza explotada de intentar dejar a todos contentos, pero por más que piense y piense, no llego a ninguna conclusión realizable".
"Los aplausos de las 21 me llenan el pecho de orgullo y me hacen sentir que lo que hago vale la pena, incluso cuando yo mismo soy una persona que pertenece al grupo de riesgo. El Presidente nos pidió que trabajemos todos juntos. Les pido que luchemos contra el virus, pero también luchemos fuerte contra la hipocresía. Es hora de pensar en todos", concluyó.