Un par de horas después de consumado el asesinato de Julio Aquino, el miércoles a la noche, en San Martín al 5500, la policía encontró en un basural situado en la punta sur de esa avenida, sobre el límite con Villa Gobernador Gálvez, el auto empleado para la ejecución mafiosa. Lo hallaron incinerado por completo. Se descuenta que los sicarios lo quemaron para borrar huellas. Y resultó que el coche tenía su patente adulterada, por lo que se supone que no pertenecía a los criminales sino que era robado.

Los agentes de la seccional 15ª y del Comando Radioeléctrico que se desperdigaron por la zona sur en busca de pistas sobre el crimen mafioso que estremeció a las 21 la esquina de San Martín y Sánchez de Bustamante, hallaron hacia la medianoche un Renault Clío de color blanco, todavía en llamas, calcinado en un basural de San Martín y Hortensia, camino hacia el cementerio villagalvense, no muy lejos del arroyo Saladillo. 

El hallazgo quedó vinculado con el asesinato de Aquino, aunque con intervención de la subcomisaría 20ª por razones de jurisdicción. 

Desde Fiscalía informaron que se están realizando los peritajes correspondientes para determinar si efectivamente el auto fue el mismo en el que se trasladaban los sicarios que dieron muerte a Aquino. Por lo pronto, se confirmó que el número de la patente correspondía a otro vehículo, un Volkswagen Voyage radicado en Ciudad de Buenos Aires.