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La queja es la misma y se repite en diferentes barrios de la ciudad. La queja es contra la Policía de Acción Táctica, fuerza conocida como las PAT, a cuyos integrantes acusan de reiteradas agresiones. A pesar de que el cuerpo fue creado para “la disuasión y neutralización” de la violencia en zonas “complejas”, se suman denuncias por abuso de autoridad.

La PAT, creada en el marco del “Plan de Seguridad Democrática”, se diferencia de los otros cuerpos de la policía provincial por su forma de patrullaje pedestre por trinomios (grupos de tres agentes con apoyo de móviles) y la ocupación del espacio mediante la saturación. Desde septiembre del año pasado, los recientemente incorporados 350 efectivos se encuentran trabajando en cuadrículas de barrios “de mediana y alta complejidad” como La Cerámica, Villa Moreno, La Bombacha, 7 de Septiembre, Azcuénaga, Fisherton, Ludueña, Santa Lucía, entre otros.

A poco de crearse esta fuerza especial, el ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, afirmó: “Hemos apostado fuertemente con esta nueva fuerza en algunos territorios de la ciudad que presentaban un alto grado de conflictividad. Por el volumen de intervenciones y los resultados positivos creemos que la fuerza ha tenido un impacto altamente valorado en las zonas donde se está trabajando”.

A comienzo de este año, la Policía de Acción Táctica fue mencionada en todos los medios locales, pero no por su correcto desempeño sino por el asesinato de Jonathan Herrera. El joven murió, en la zona de bulevar Seguí y Ayacucho, al quedar en medio de una balacera entre la policía y un delincuente. La Cámara Penal de Rosario determinó la prisión preventiva para cuatro efectivos de la PAT, señalados como los autores del crimen del muchacho de barrio Tablada. A escasos meses de desembarcar en la ciudad, la nueva fuerza ya era protagonista de un caso de gatillo fácil.

Luego del mal debut, Raúl Lamberto anunció que la flamante fuerza de seguridad quedaría a cargo del comisario Adrán Forni, titular de la Tropa de Operaciones Especiales. Además, se decidió que a partir de febrero todos los egresados que quieran ingresar a la PAT deberán realizar un curso especializado con el objetivo de que los efectivos estén mejor preparados para zonas hostiles, como las que cubría en Rosario al alejarse Gendarmería. 

Sin embargo, a pesar del esfuerzo del Ministro de Seguridad, la Policía de Acción Táctica no para de recibir críticas y denuncias en su contra por agresión física y moral sobre los vecinos de distintos barrios de la ciudad.

Rodrigo Rígoli, integrante de la Asociación civil de Trabajadores de la Vía Pública, contó a Rosarioplus.com que un compañero de la agrupación fue agredido sin motivo por un integrante de las PAT.

“Él estaba esperando el colectivo en la esquina de Rodríguez y Pte Quintana, de repente la PAT sube la chata a la vereda, se bajan algunos efectivos y empiezan a agredirlo”, relató. “Le pusieron las rodillas en la espalda y le pegaban. Los vecinos quisieron impedir que lo golpearan y los amenazaron. Se lo llevaron a la comisaría 15ª, donde le siguieron pegando, y lo dejaron libre al otro día”, detalló.

Según indicó el referente de la asociación, la PAT “actúa con total impunidad no solamente contra nosotros sino chicos que están en la calle y se ven en todos los barrios".

“En Ludueña, a un compañero que iba al kiosko con su nena de dos años, le sacaron la gorra que llevaba puesta, se la cortaron con un cuchillo y le dijeron que no lo querían ver más por la zona. Sin razón ni motivo para agredirlo”, señaló Rígoli.

La misma queja se escucha de Alejandra, quien forma parte del Bodegón Cultural Casa de Pocho y asegura ser testigo de como todo los días la policía “caga a palos a los pibes por su cara o cualquier cosa”.

En comunicación con Rosarioplus.com, la vecina de Ludueña afirmó que la violencia institucional “es algo que sucede sistemáticamente en la zona”.

La PAT se mueve en tríos. En los barrios considerados “peligrosos” hay un equipo por cuadra. “Están en la plaza del barrio, mostrando sus armas, los vemos todos los días. Ellos nos conocen porque nos ven pasar”, comentó Alejandra, quien agregó: “Están provocando a los chicos todo el tiempo, los insultan para que alguno conteste y cuando reaccionan se los llevan bajo el asunto Desacato a la autoridad”.

A principio de año, la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud, vecinos y agrupaciones barriales de Ludueña denunciaron un caso de abuso de autoridad por parte del Comando Radioeléctrico y la Policía de Acción Táctica, en el cual se había detenido azarosamente a vecinos del lugar y a menores de edad.

“Nos bardean siempre, para que saltemos. Un día me agarraron y me preguntaron de dónde venía, les contesté que volvía de trabajar. Me dijeron: ‘¿Con esa cara tenés trabajo?’, no me podía quedar callado y le respondí: ‘Vos con esa cara sos policía’. Me cagaron a palos”, contó un muchacho de la zona. 

Diferenciándose de muchos funcionario y ciudadanos, desde el Bodegón Cultural Casa de Pocho afirma que “desde Gendarmería para acá, la cosa es peor” en cuanto a represión de la autoridad pública.