Las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) irrumpieron el jueves en dos comisarías y en la sede de una división de inspección de zona en busca de saber por qué a esos lugares telefoneó en febrero pasado Ramón Machuca, alias Monchi Cantero, prófugo de la Justicia y señalado como una de las cabezas de la banda Los Monos.

La jueza penal Alejandra Rodenas hizo requisar las comisarías 27ª, 6ª e Inspección de Zona porque constató que desde Buenos Aires, Machuca llamó una par de veces. Creen que con la intención de escrutar el panorama para entregarse, tal como un año antes lo hizo su hermano de crianza, Ariel “Guille” Cantero.

En marzo un empleado policial de Funes informó a la jueza que había recibido mensajes y llamadas de Machuca. Su teléfono fue peritado, y el número desde el cual se contactaba el prófugo fue intervenido. El rastreo arrojó que el móvil estaba en el barrio de Palermo, Buenos Aires. El fugitivo se habría deshecho del celular y del chip luego de usarlos para esas comunicaciones.

 

 

Los llamados fueron todos en el atardecer de un día de febrero, comunicaciones de 1.30 minutos a la seccional 6º; de 1.20 minutos a Inspección de Zona; y de 4.36 minutos a la seccional de Arroyo Seco, según puntualiza hoy Rosario/12.

La investigación de la jueza Rodenas busca determinar por qué llamó Monchi a estas dependencias, con qué policías habló, a quién buscaba y cuál era el contenido de los diálogos.

Tras analizar los llamados, algunos de hasta cuatro minutos, la jueza mandó secuestrar los libros de guardia de las seccionales para establecer quiénes atendieron a Monchi en la Comisaría 6º, las oficinas de Inspección de Zona, y en la comisaría 27º de Arroyo Seco, donde estaba detenido el barra de Newell’s Old Boys Diego Panadero Ochoa, el acusado del homicidio de Roberto "Pimpi" Camino.

Ramón Ezequiel Machuca, hijo de crianza del recientemente arrestado Ariel Máximo Cantero, es el miembro prófugo de la banda de Los Monos desde hace más de dos años, pocos días después de que fuera asesinado Claudio Pájaro Cantero.

Más de una vez habló con medios de comunicación desde la clandestinidad, donde acusó al gobierno provincial, a la ex División Judiciales y al juez Juan Carlos Vienna de operar en favor de otros intereses que pugnaban por entonces por el control del narcotráfico en Rosario.